El fraude castrista

Cajón de Sastre

Ellos actuaron conscientemente contra los derechos de sus conciudadanos y participaron activamente en la destrucción de los valores cívicos

Varios dirigentes y militares cubanos durante una sesión de la Asamblea Nacional en 2023.
Varios dirigentes y militares cubanos durante una sesión de la Asamblea Nacional en 2023. / Canal Caribe-Facebook-Captura
Miami

17 de agosto 2025 - 09:05

Pedro Corzo/Aun antes de imponerse el sistema totalitario en Cuba, la nomenclatura castrista impulso falsas narrativas heroicas sobre las cuales fue cimentando el sistema de control absoluto vigente, labor que han cumplido con extrema eficiencia para pesar del pueblo cubano y desgracia de nicaragüenses, bolivianos y venezolanos, cuyos líderes resultaron ser tan farsantes como los Castro.

Esas mentiras, todas grandiosas, como la heroica participación de Fidel Castro en el asalto al cuartel Moncada, el desembarco, léase naufragio, del Granma, y las engañosas epopeyas militares en la Sierra Maestra y Cristal en las que los hermanos Castro imaginativamente derrocharon genio militar y coraje personal, fueron la sinfonía sobre la que orquestaron una trama colosal sustentada en funcionarios, militares y represores que eran presentados como ciudadanos probos, servidores desinteresados que servían a la patria cuando en realidad eran delincuentes que solo procuraban su beneficio personal mientras aplastaban a la ciudadanía.  

Desgraciadamente, una cantidad notable de partidarios del totalitarismo castrista se creyó ese cuento. Algunos pudieron haberse identificado con la propuesta con absoluta sinceridad y en el aciago presente que viven estar completamente frustrados al ver los resultados por los que hasta encarcelaron y mataron, mientras otros, la mayoría, apostaron a ganar, conscientes de las tropelías de las que eran cómplices y escogiendo no ver las prisiones atestadas ni escuchar el retumbar de los paredones.

Los primeros responsables de la tragedia cubana han sido los que prestaron servicios políticos, militares y represivos en el totalitarismo

Fueron muchos los deportistas de diferentes campos, así como individuos destacados en profesiones, artes y oficios que rechazaron generosas ofertas de una vida mejor y de éxitos profesionales porque creyeron, quizás sinceramente, que estaban construyendo una sociedad justa y equitativa, una ingenuidad que los tiene sumidos en una vida miserable en la que no disfrutan de los más elementales derechos, sin dejar de padecer una degradante miseria. En cambio, otros siguen cumpliendo el rol de su elección: verdugos

Sin embargo, los primeros responsables de la tragedia cubana han sido los que prestaron servicios políticos, militares y represivos en el totalitarismo. Ellos actuaron conscientemente contra los derechos de sus conciudadanos y participaron activamente en la destrucción de los valores cívicos.

El principal soporte del sistema cubano han sido los militares y después, a gran distancia, los cuerpos represivos y de espionaje internacional junto al servicio diplomático.

Desde el mismo año del triunfo de la insurrección, en 1959, los militares asumieron el control, mientras los civiles eran desplazados. La sociedad se militarizó, los comandantes se convirtieron en ministros. En estas más de seis décadas en las filas castrense solo ha habido una defección enmarcada en una gran interrogante, el caso Arnaldo Ochoa, lo que demuestra una estabilidad y fidelidad no igualada en otros organismos, incluyendo el Ministerio del Interior.

Los apetitos hegemónicos de los Castro siempre fueron satisfechos por sus militares que, de manera encubierta, o actuando como gendarmes internacionales, intervinieron en tres continentes sin que produjeran un cuestionamiento a los dictados del tirano.

El principal soporte del sistema cubano han sido los militares y después, a gran distancia, los cuerpos represivos y de espionaje internacional junto al servicio diplomático

Siempre han mostrado disciplina, deseo de servir, una mística de gloria y una invariable obediencia al máximo líder. Sin embargo, un trabajo recientemente publicado en el Miami Herald y otros medios certifica que el acatamiento servil del generalato cubano no es producto de convicciones éticas o políticas, sino que los generales de la Isla son simples mercenarios que solo procuran su enriquecimiento personal y el de sus familiares.

Según el informe, los militares cubanos, a través del monopólico Grupo de Administración Empresarial S.A. (Gaesa), controlan activos que ascienden a 18.000 millones de dólares.

El grupo explota sectores claves de la economía como el turismo, finanzas, la construcción y el transporte, manteniendo una presencia importante en el resto de la economía cubana. Según el informe, Gaesa generó 2.100 millones de ganancias solo en el primer trimestre de 2024, siendo, según estos documentos, la empresa estrella Cimex, compañía que desarrolla diligencias minoristas, además de actividades en la banca y el comercio internacional, alcanzando ingresos de 2.100 millones de dólares.

Estos sujetos, que nunca podrán argüir ignorancia o desinformación, fueron los albañiles que suministraron los productos necesarios y la mano de obra imprescindible para la construcción del totalitarismo. Fueron ellos quienes en las fiebres extremistas comprendieron que cuando su jefe, el condotiero Fidel, exclamó la consigna “el futuro es del socialismo”, en realidad repetía una consigna de una película de piratas: “Toma lo que puedas, no des nada a cambio”. Así han hecho en estos 66 años, robar y matar.

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