APOYO
Para ayudar a 14ymedio

Cuervo y Sobrinos, la marca cubana de relojes de lujo confiscada por Fidel Castro y rescatada por Suiza

Castro prohibió trabajar con oro, intervino el taller y ordenó que prestara servicios a todo tipo de clientes

Tienda de Cuervo y Sobrinos en La Habana. / Captura/Youtube
Juan Izquierdo

16 de marzo 2025 - 14:01

La Habana/“Cuervo y Sobrinos es un lujo”. Con esa frase, el director de la más célebre marca de relojes cubanos de lujo –que la Revolución abandonó y Suiza recobró– define su producto en un olvidado documental. Su realizador, el ahora periodista independiente Alfredo Herrera, rescató la grabación, que fue su ejercicio de tesis en la Universidad de La Habana, y la acaba de subir a su canal de YouTube. 

Cuervo y Sobrinos. El valor del tiempo le costó tres años de investigación a Herrera, según explica en una nota de presentación. En el documental –inspirado, admite, por Eusebio Leal– concurren entrevistados de las altas esferas culturales del régimen, como los historiadores Oscar Zanetti, María del Carmen Barcia, Arturo Pedroso y Fabio Fernández Batista

“Es un reloj suizo nacido en una isla del Caribe”, afirma el empresario suizo Massimo Rossi, que dirige la empresa desde 2018. Fundada en 1882 por el asturiano Ramón Fernández Cuervo –y sus sobrinos Teodomiro, Baldomero, Plácido y Lisardo–, la marca abrió oficinas también en Alemania y París para vender sus piezas e importar otras a Cuba. 

Era el tiempo de las vacas gordas, narra una voz en off para introducir el éxito de la relojería-joyería de los Cuervo en las postrimerías del siglo XIX y la primera mitad del XX. El fin de la Primera Guerra Mundial, el enésimo boom azucarero cubano y la creciente sofisticación del país lo convirtió –al menos durante algunas décadas– en sinónimo de república moderna. 

“Brillantes, gemas, esmeraldas”, estos eran los materiales con los que trabajaba Eliseo Castillo, orfebre de la antigua sede habanera de Cuervo y Sobrinos. “Esto era una joyería de élite, no una cualquiera. Esto era Cuervo y Sobrinos”. 

Cuervo y Sobrinos trabajaba con maquinarias suizas proporcionadas por las compañías Felsa, ETA y Landeron

La primera gran estocada a sus finanzas ocurrió en 1930, cuando la opulenta Cuba no pudo ya mantenerse al margen de la Gran Depresión. El relojero tuvo que cambiar su sistema empresarial y redujo su nivel de negocios, pero ganó en influencia entre los comerciantes habaneros. A la larga, lograría sobrevivir.

Cuervo y Sobrinos trabajaba con maquinarias suizas proporcionadas por las compañías Felsa, ETA y Landeron. Las piezas ya venían de Europa con el sello de la casa cubana. Vendía tres líneas principales: Clásicos, Tradition y Doble Marca, esta última la de más alta gama. Los materiales: “el oro 18 era lo más corriente; lo demás era platino”, explica Castillo. 

Llegaron a administrar 13 joyerías en La Habana, y en ellas atendían –en varios idiomas– a multitud de clientes internacionales, incluyendo celebridades. 

Durante su intervención en el documental, Rossi defiende la impronta suiza del reloj, aunque fuera una marca cubana. “Cuervo y Sobrinos siempre ha producido sus relojes en Suiza. Es muy importante saberlo”, recalca. “Por obvios motivos no se pueden hacer en Cuba. No tiene Cuba la tradición ni la tecnología”. 

En 1959, Cuervo y Sobrinos siguió trabajando hasta que Fidel Castro empezó “el gran conflicto”. La polémica estalló por los materiales que venían de Estados Unidos o gracias a su mediación.

“La cosa fue decayendo”, lamenta Castillo. “Empezamos a trabajar con piedras semipreciosas como aguamarinas, amatistas, venturina”. Para el historiador Fernández Batista, lo que mató a la compañía no fue la agresividad de Castro contra el empresariado cubano –sin importar sus dimensiones–, sino el “éxodo burgués”, que dejó sin clientes a la compañía. 

“Dicho de otra manera: el mundo de Cuervo y Sobrinos, desde lo simbólico hasta lo estructural, desaparece”, zanja Fernández Batista. Ricardo Rivón, último gerente del Cuervo y Sobrinos original, abandona el país con su familia. 

Castro prohibió trabajar con oro y ordenó que el taller prestara servicios a todo tipo de clientes. La relojería sigue acuñando algunas piezas menores, pero solamente en plata. En ese momento comienzan a entrar a raudales los relojes soviéticos, cuyo mantenimiento debió asumir el taller tras la “intervención” del régimen. 

“Abrieron la caja fuerte, recogieron todas las existencias [los relojes] que había, incluso las que teníamos en la mesa y todas las herramientas”, rememora Castillo. “Nos dieron un papel y nos mandaron para la calle. Así nos dijeron: para la calle… Cuando cerraron el taller, yo lloré y me enfermé”. 

Cuervo y Sobrinos “muere” y cae en el olvido. La joyería de la marca se rebautiza como Praga, “para marcar el triunfo que llevaba la Revolución”, según Fernández Batista. El régimen no resucitaría su prestigio, para sacarle provecho, hasta el Período Especial. 

La joyería de la marca se rebautiza como Praga, “para marcar el triunfo que llevaba la Revolución”

Luca Musumeci, un anticuario italiano, desempolvó la marca en 1999 con permiso de Castro. “Se despertó una marca que se había quedado dormida durante muchos años”, es el eufemismo de sus actuales directivos para describir el abandono provocado por el régimen.

Una alianza con Habanos S.A. ha hecho de Cuervo y Sobrinos un embajador más del también opulento tabaco cubano: son quienes fabrican relojes para los humidores que la compañía subasta a precios millonarios y con la firma de Miguel Díaz-Canel. Deportistas como Javier Sotomayor, artistas como Chucho Valdés o Carlos Acosta, tienen relación con la marca como una especie de embajadores informales. 

El local de Cuervo y Sobrinos en La Habana fue habilitado en 2009 por la Oficina del Historiador como una de sus exclusivas “tiendas del patrimonio”. 

Nadie en Cuba podría comprar uno de los relojes que vende con los escuálidos salarios de la Isla, pero que haya una tienda en La Habana es –valora Rossi– una cuestión de cortesía con los orígenes: “Louis Vuitton no puede no estar en París; Tiffany's no puede no estar en Nueva York… Cuervo y Sobrinos tenía que tener alguna presencia en La Habana”. 

1 Comentario
Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último