Derroche de luz en los grandes hoteles mientras los hostales privados se quedan sin clientes

Los cuentapropistas ven cómo los turistas extranjeros cancelan sus reservas debido a la crisis energética

Hotel Grand Aston, en 1ra y D, frente al Malecón de La Habana, con electricidad en mitad del apagón generalizado.
Hotel Grand Aston, en 1ra y D, frente al Malecón de La Habana, con electricidad en mitad del apagón generalizado. / Facebook/Maravilloso Malecón
Natalia López Moya

22 de octubre 2024 - 18:33

La Habana/El hostal de Lucía en Viñales, Pinar del Río, llevaba semanas sin recibir un solo cliente. El desespero de la cuentapropista se aplacó cuando días atrás dos españoles alquilaron una habitación en su casona para pasar unas vacaciones en pareja en la Isla, pero el momento elegido no pudo ser peor. “Llegaron el sábado en pleno apagón general y tras una sola noche ya querían irse”, cuenta a 14ymedio la pinareña.

El calor, los mosquitos, la oscuridad y las calles desiertas, sin un carro que alquilar para visitar algunas cuevas y mogotes horrorizaron a los extranjeros, que habían llegado con la idea de relajarse en Viñales, una región conocida por sus valles y oportunidades de realizar turismo de naturaleza. “Iban a estar hasta el jueves, pero después de la primera noche sin electricidad decidieron que se iban”, cuenta Lucía.

La partida tampoco estuvo exenta de obstáculos. Los españoles no solo tuvieron que comprar un pasaje de vuelta con pocos días de antelación –con los altos precios previsibles–, también debieron buscar la manera de llegar, en plena crisis de combustible, energía y transporte, hasta La Habana.

“Mis clientes tuvieron que contratar un carro para llegar hasta La Habana y quedarse en un hotel con planta eléctrica porque dicen que ya no aguantaban más esto, ni siquiera pudieron pasear por la noche porque esto es una boca de lobo cuando cae el sol”, explica con patente molestia Lucía.

"Aquí los restaurantes privados tuvieron que rematar la poca comida que les quedaba y ya todos están cerrados"

Según la pinareña, su negocio no es el único que ha sufrido durante los últimos cinco días de apagón ininterrumpido. “Aquí los restaurantes privados tuvieron que rematar la poca comida que les quedaba y ya todos están cerrados, ni los guías quieren trabajar porque tienen que ocuparse de sus propias familias que están sin luz desde el viernes”, lamenta.

No es el único punto de la Isla donde el turismo naufraga, aún más, si cabe, dadas las últimas cifras oficiales –por quinto mes consecutivo, el número de viajeros extranjeros sigue bajando, y en agosto se registraron 144.981, 32.325 menos que el mismo mes de 2023–. Lo mismo ocurre en la “privilegiada” capital. Elena, que tiene una casa de renta en la playa de Boca Ciega, en La Habana del Este, ha recibido la cancelación de dos clientes que tenía programados para finales de octubre y principios de noviembre. Unos, los que llegaban primero, son una pareja de mexicanos que la llamaron este domingo para decirle que ya no venían porque habían leído en la prensa sobre los problemas que había en Cuba con la electricidad y tenían temor de quedarse trabados en la Isla con un cierre de aeropuertos.

El hombre es cirujano y tiene que regresar a tiempo a su trabajo, esgrimieron, así que “no puede permitirse quedarse botado” en la Isla.

La otra cancelación fue una familia italiana que “lleva casi veinte años viniendo religiosamente cada año, con excepción del tiempo de la pandemia”. La pareja tiene un amigo que estuvo días atrás en Cuba y les advirtió de que no vinieran porque “hay mucha basura”. Este amigo visitó el oriente del país, donde los apagones lo golpearon bastante. “Para colmo se contagió con el Oropouche”, refiere Elena.

En el video las instalaciones tienen todas las luces encendidas y con restaurantes, gimnasio y spa prestando servicio

A diferencia de las casas de renta particulares, los hoteles en la Isla han estado –en su mayoría– funcionando sin problemas gracias a sus generadores. Los pocos que han sufrido cortes han salido a relucir en redes sociales. Es el caso de varias instalaciones en Varadero, que el viernes, cuando la Isla se sumió en un apagón general, quedaron también sin servicio. Varios clientes, incluyendo cubanos que vacacionaban en ese momento en los hoteles denunciaron la situación. “Para los que decían que no, estoy en un hotel de Varadero y quitaron la luz. Ahora si está feo esto”, comentaba una usuaria en Facebook.

El problema en los establecimientos turísticos pareció solucionarse pronto a diferencia del apagón en el resto de Cuba, que ya dura cinco días. La entrada en funcionamiento desde el minuto uno de las plantas de Energás, que alimentan a Varadero y parte de la capital, además de los generadores propios de los hoteles contribuyeron a mantener estable el servicio en el balneario.

Hasta el momento, no se ha reportado que los hoteles hayan sufrido cortes y las páginas web y redes sociales de los establecimientos, especialmente los gestionados por compañías extranjeras como Meliá, Iberostar, Muthu y otras, venden un ambiente de tranquilidad en la Isla. Sus promociones, que aseguran destinos y servicios de máxima calidad, no avisan en ningún momento a los viajeros del mal rato al que podrían enfrentarse si llegan a Cuba en pleno apagón general. E insisten en que los vuelos siguen llegando normalmente, ya que el tráfico aéreo no ha sido afectado por los apagones y todos los aeropuertos tienen plantas eléctricas.

Durante estos días, muchos cubanos han compartido en redes sociales con indignación imágenes de hoteles en varias provincias, aunque principalmente en la capital, con todas sus luces encendidas mientras detrás se ven ciudades enteras a oscuras.

De hecho, los hoteles, los únicos que se mantuvieron en servicio cuando toda la Isla se apagó –incluso antes de que se priorizaran hospitales y otros servicios esenciales–, han comenzado a convertirse en el refugio de unos pocos que pueden pagar por una noche en sus habitaciones. 

Una influencer cubana conocida como Flor de Cuba publicó este lunes un video en Instagram acompañado de un texto en el que explicaba que había decidido buscar “refugio” de los apagones en el hotel Grand Aston La Habana, un establecimiento de lujo ubicado frente al Malecón, con vistas a la bahía habanera.

En el video, la influencer mostraba su recibimiento en el local gestionado por la hotelera indonesia Archipelago International, que le ofreció cócteles y acomodamiento a la cubana y sus hijos. En el video las instalaciones tienen todas las luces encendidas y con restaurantes, gimnasio y spa prestando servicio. 

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