Se duplican los delitos reportados en Cuba, aunque la tasa de criminalidad sigue siendo baja

Con una tasa de 1,7 homicidios por 100.000 habitantes, la Isla casi triplica a España, pero está debajo de Canadá

Patrulla de Policía en La Habana.
Patrulla de Policía en La Habana. / 14ymedio
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10 de marzo 2025 - 15:25

Madrid/Las estadísticas de criminalidad en Cuba se duplicaron el pasado 2024, año que se cerró con 1.317 delitos denunciados, más de tres al día y 668 más que en 2023, lo que supone un crecimiento del 50,7%, según un informe elaborado por el Observatorio Cubano de Auditoría Ciudadana (OCAC) y Cuba Siglo 21. Los datos presentados en el documento señalan que la mayoría de los reportes son por robos (880), seguidos de asesinatos (167), asaltos (93), agresiones (65) y “otros” (112). 

Aumentaron con mucha fuerza los robos, con 615 más que en 2023, pero también las agresiones, con 32 más, y los clasificados genéricamente como otros, que subieron en 82. En cambio, hubo una disminución en asaltos, 31 menos, y asesinatos (30). Cuba tuvo una tasa de 1,7 homicidios por cada 100.000 habitantes si se toma en cuenta el dato de población ofrecido por el régimen este mismo enero, 9.700.000

La proporción es casi el triple que la de España (0,68), aunque este es uno de los países con menor tasa de asesinatos del mundo, incluso dentro de su entorno, el europeo, donde se dan los mejores registros de ese tipo. En cambio, el dato de la Isla es muy bajo a escala del continente americano, donde solo Canadá y El Salvador, ambas con 1,9, se le aproximan. La segunda llegó a estar entre los países con peores cifras del mundo, con una tasa de 107 por cada 100.000 en 2015, unos datos a los que han dado la vuelta en tiempo récord las estrictas políticas de seguridad del presidente Nayib Bukele, muy criticadas por organizaciones de Derechos Humanos. 

El informe de Cuba Siglo 21 alerta de un crudo final de año, a juzgar por el número de delitos reportados

Las peores tasas en estos momentos están en Islas Turcas y Caicos, con 94; Haití, con 62, y San Vicente y las Granadinas, con 53. Otros países de la región con cifras elevadas son Ecuador (38), Venezuela (26), Honduras y Colombia (25) o, mucho más lejos, aunque con un dato preocupante en su contexto, EE UU, con un 5,8, mientras Nicaragua registra 6 homicidios por 100.000 habitantes.

El informe de Cuba Siglo 21 alerta de un crudo final de año, a juzgar por el número de delitos reportados. El segundo semestre, los datos de criminalidad disponibles crecieron con fuerza, siendo diciembre (230), noviembre (214) y octubre (148), los peores meses del año, seguidos ya más lejos de julio, con 134. El salto es abismal si se compara con los números de 2023, cuando se reportaron 43 delitos en diciembre, 66 en noviembre y 58 en octubre. Basta hacer cuentas para detectar que el último mes del año hubo un 434,8% de criminalidad más. 

Al menos, si se toman en cuenta las denuncias, claro. A falta de estadísticas policiales, el informe ha sido elaborado a partir de los datos recopilados por organizaciones en redes sociales, prensa oficial y prensa independiente, un método que tiene varias carencias. Por un lado, solo hay constancia de lo que sale a la luz, por lo que el número reportado es probablemente muy inferior al real. Por otro, la tendencia a dar a conocer estas noticias ha aumentado notoriamente, alentado por la facilidad con que es posible dar algo a conocer en las redes sociales sin control del Estado, que intenta, por su lado, minimizar el auge de la violencia.

Pero también porque la prensa oficial ha decidido ofrecer cada vez más información sobre los delitos, al menos cuando los resuelve, en un intento por favorecer el relato de control de la seguridad pública y la ejemplaridad con que se trata a los delincuentes. Eso podría estar detrás del salto cuantitativo de un año a otro. 

“Algunos países emisores masivos de turistas hacia la isla, como Canadá, han advertido a los potenciales viajeros de este peligro antes casi inexistente”

El informe considera que el crecimiento de la inseguridad pública es tan evidente que algunos países emisores masivos de turistas hacia la isla, como Canadá, han advertido a los potenciales viajeros de este peligro antes casi inexistente”. Aunque las propias autoridades y la prensa oficial han admitido que la crisis en la Isla ha provocado un aumento de los delitos, especialmente los robos, no queda claro que la delincuencia fuera antes “inexistente”. De hecho, el fenómeno es casi imposible de medir, porque el control de la información ha sido férreo durante décadas y la propaganda ha podido esconder cualquier intento de empañar la imagen de paraíso de la Cuba revolucionaria.

Actualmente, la manera de contrarrestar la información que se escapa a su control está, además de en las notas del Ministerio de Interior o de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y la prensa oficial en los múltiples perfiles de Facebook que ha creado el oficialismo o la presencia en otras redes, como YouTube en especial, de programas con idéntico objetivo. 

Esto, a juicio de Cuba Siglo 21, no solo contribuye a la desinformación, sino “a la falta de confianza en las instituciones estatales, ya que la ciudadanía percibe la incongruencia entre la realidad cotidiana y la versión oficial de los hechos. La opacidad en la gestión de la criminalidad impide la implementación de políticas efectivas de seguridad pública, al no reconocer la verdadera magnitud del problema y sus causas subyacentes”, concluye.

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