Fondos extranjeros para cocodrilos y polímitas cubanos, afortunados en medio de la crisis ambiental
Cuba
Las conchas de los coloridos caracoles, endémicos de la Isla, se venden en internet hasta por 200 dólares
La Habana/Como tantos otros sectores en crisis en la Isla, la pérdida de la biodiversidad ha demostrado ser otro tema sensible que atrae, para satisfacción del régimen, ayudas internacionales. Si las especies además son endémicas, es probable que los recursos y fondos destinados sean mayores. Es el caso del cocodrilo cubano, cuya protección ha impulsado una recaudación de fondos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
La campaña, llamada See you in a while, crocodile –un juego de palabras con la expresión en inglés See you later, alligator– comenzará en octubre próximo y está dirigida a garantizar “la supervivencia del cocodrilo cubano”, que está “amenazada por la acción humana sobre el ecosistema, el cambio climático y otros factores”.
Según la página oficial del PNUD, “las donaciones harán posible adquirir y colocar etiquetas satelitales para monitorear sus desplazamientos, así como desarrollar actividades educativas que refuercen su protección en las comunidades locales”.
El Programa detalla que las etiquetas permitirán estudiar sus patrones de movimiento, uso del hábitat y zonas de actividad, lo que facilitará la planificación de acciones para conservar el ecosistema. Asimismo, ayudarán a identificar sitios adecuados para liberar cocodrilos criados en cautiverio, lo cual incrementaría sus probabilidades de supervivencia.
La iniciativa también buscará reforzar la colaboración con las comunidades locales, promoviendo actividades educativas que integren a los residentes de la Ciénaga de Zapata en la protección del ecosistema. “Con tu apoyo, podremos seguir de cerca a los cocodrilos cubanos en su hábitat natural y entender mejor cómo protegerlos”, remata la campaña.
La iniciativa también buscará reforzar la colaboración con las comunidades locales, promoviendo actividades educativas
El proyectocuenta con el liderazgo de dos especialistas: el biólogo Etiam Pérez y el veterinario Gustavo Sosa, quienes, según PNUD, acumulan años de experiencia trabajando con los cocodrilos. Los especialistas estarán a cargo de colocar las etiquetas satelitales y de coordinar las acciones de investigación, educación y conservación que puedan realizarse gracias a las contribuciones de los donantes.
Con suerte, los fondos ayudarán a mejorar la calidad de vida de la especie y a extender el proyecto, fruto de una alianza entre el Grupo de Especialistas en Cocodrilos de Cuba (GECC), la Empresa para la Conservación de la Ciénaga de Zapata, la Fundación Antonio Núñez Jiménez para la Naturaleza y el Hombre (FANJ), y la representación del PNUD en Cuba. Las actividades cuentan además con el respaldo de la iniciativa global Biofin, coordinada en el país por el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente.
Los cocodrilos cubanos no solo son una especie única de la Isla, sino que su ecosistema, cercano a las playas de la costa sur matancera y a varios enclaves turísticos –siendo el propio criadero uno de ellos– los ha expuesto a un constante contacto humano. En condiciones más o menos precarias, los cocodrilos se crían en la Ciénaga de Zapata, donde pueden visitarlos los turistas nacionales e internacionales, e incluso pueden probar su carne –un lujo que pueden pagarse mayoritariamente los extranjeros.
Pero el cocodrilo cubano no es la única especie endémica en riesgo por la que el Estado recibe fondos y ayudas. En el oriente del país, los caracoles conocidos como polímitas están en riesgo debido al cambio climático, la pérdida de hábitat y, sobre todo, al tráfico ilegal de sus conchas, codiciadas por su belleza natural y sus colores. Un estudio de conservación entre la Universidad de Oriente y la británica Universidad de Nottingham intenta prevenir su desaparición.
Según Cubadebate, que cita un reportaje de BBC, se han encontrado en internet ventas de las conchas de polímitas desde Reino Unido por más de 200 dólares, pese a que su extracción de Cuba sin permiso es ilegal, según la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas (Cites), asegura.
Entre las más amenazadas, añade el periódico oficialista, está la variedad sulphurosa, de tonalidades verdes con bandas azules, naranjas y amarillas. “Su belleza atrae a la gente que colecciona y comercia con conchas. Lo mismo que los hace interesantes como científicos, es lo que también los está poniendo en peligro”, explica Angus Davison, genetista de la Universidad de Nottingham, involucrado en un proyecto de conservación.
De las aproximadamente 36.700 especies catalogadas en Cuba, un 35% están en peligro de extinción
La colaboración, liderada también por el biólogo conservacionista Bernardo Reyes-Tur, busca entender la evolución genética de estas especies y preservar su diversidad. Mientras en Nottingham se desarrollan investigaciones genéticas, en Cuba se trabaja “en un clima caluroso para intentar criar caracoles en cautiverio”, un proceso aún en fase experimental, pero que los especialistas creen que va por buen camino.
Cuba enfrenta una crisis de pérdida de biodiversidad alarmante: de las aproximadamente 36.700 especies catalogadas, un 35% están en peligro de extinción, y se estima que hasta el 75% de los mamíferos podrían desaparecer. Las plantas también sufren gravemente: 580 especies vegetales están en peligro crítico, junto a 16 especies de anfibios. Además, el 70% de los anfibios, de los cuales hay 71 especies identificadas (94% endémicas) en la Isla, están amenazados
Este deterioro se debe principalmente a la caza ilegal, la agricultura intensiva, la minería, deforestación y contaminación, lo que ha erosionado los hábitats naturales y reducido drásticamente la fauna local. No obstante, la atención del Estado también juega parte esencial en un contexto de crisis económica y en el que se prioriza el disfrute turístico sobre la protección de reservas naturales.
Los propios datos oficiales confirman la incapacidad y falta de recursos del Estado para proteger especies en peligro. En la Ciénaga de Zapata, han llegado a admitir, los cuerpos de guardabosques son insuficientes
En 2020, 14ymedio publicó un artículo sobre la indiferencia social ante la crisis ambiental silenciosa que vive Cuba. Entonces este diario denunciaba la depredación de las polímitas para su uso en artesanías y su tráfico ilegal, pese a estar protegidas.