La foto del creador del Trofin vendiendo café exhibe la realidad de los jubilados cubanos

Jubilados

Antes vendía vino, dice su hija, porque "la jubilación no alcanza para nada"

Café Raúl, así se llama el emprendimiento del doctor e investigador Raúl González Hernández.
Café Raúl, así se llama el emprendimiento del doctor e investigador Raúl González Hernández. / Facebook/Elizabeth González Aznar
14ymedio

01 de julio 2025 - 18:04

La Habana/“Un día me dijiste: ‘voy a vender café’, y te juro que se me estrujó el alma”. Elizabeth recuerda las palabras del doctor e investigador Raúl González Hernández, al que el pasado domingo celebraron 80 años de vida. “Mi cerebro pensó: Dios mío, ¿un científico jubilado creador de un producto y su línea como el Trofin –fármaco para el tratamiento de la anemia–, vendiendo café? Me bloquee”.

La mujer expuso en sus redes sociales la realidad de todo cubano y recordó que su padre “ya vendía vino” porque “la jubilación no alcanza para nada” y al dejar el trabajo, el panorama empeoró.

La hija del científico expresó su admiración por el hombre de 80 años que ha sido ejemplo de tesón. “Comenzaste desde niño a ordeñar vacas para ayudar a tus padres, pero llegaste a ser un científico, doctor en ciencias, investigador titular y creador de un producto que tanto ayuda y sus patentes. No te has cansado nunca papi”. 

González ha impartido numerosos cursos y conferencias en Cuba y en Rusia, México, Guatemala, El Salvador y Honduras. Sus trabajos de investigación fueron fundamentales para la obtención de donativos para la Isla. Entre 1992 y 1993, la firma venezolana Promed aportó 10.000 dólares para los ensayos clínicos y registro del medicamento Trofin.

“A tus 80 (años) te desdoblas y vendes café sin una pizca de frustración, sabes que el equivocado no eres tú, son ellos y ellos deben sentir la vergüenza no nosotros”. 

Sin embargo, las palabras fueron tomadas, por algunos oficialistas como una agria denuncia, por lo que en una segunda publicación en su cuenta de Facebook, aclaró: “Cuento mi verdad de vida, la de mi padre, que por desgracia es la de muchos cubanos. No la provoco yo, no la invento, no la imagino. Al contrario, la vivo y sufro como su hija, porque en mis 46 años nunca lo vi cansarse, siempre trabajando y luchando”.

“Cuento mi verdad de vida, la de mi padre, que por desgracia es la de muchos cubanos", señala Elizabeth junto a su padre Raúl González Hernández en el carrito "Café Raúl".
“Cuento mi verdad de vida, la de mi padre, que por desgracia es la de muchos cubanos", señala Elizabeth junto a su padre Raúl González Hernández en el carrito "Café Raúl". / Facebook/Elizabeth González Aznar

Elizabeth cuenta que su padre “oye las noticias por radio porque el tv (televisor) se rompió y ¿de dónde sacar para arreglarlo?, porque el techo de la casa está en cabillas y ¿cuánto cuesta un saco de cemento hoy?”. El científico, agrega, “tuvo que dar su carro porque se le estaba pudriendo”. La mujer subraya que su publicación “no es lloradera, no es quejadera, es indignación, impotencia, tristeza y porque la peor parte, no lo puedo ayudar más, por más que quiera y no es justo, ni para él ni para ninguno de esos adultos mayores”.

La hija señala que muchos le han sugerido abandonar la Isla, pero en su caso no es una opción. “Sinceramente sería matarlo. La vejez sola aún con dinero no es alegre, se sufre y mucho, la soledad duele aunque muchos no lo digan y lo digo porque lo veo a diario con varios. Esa no es la solución”.

La historia de Raúl González Hernández se da a conocer justo cuando la actriz Miriam Mier recibió un andador, que “necesitaba con urgencia para mejorar su movilidad”, publicó Cubaactores. Elio Lázaro García Noa hizo entrega del equipo en la bodega La Victoria, en la calle D, esquina a 27, El Vedado, La Habana.

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