El Gobierno minimiza la grave contaminación por polvo tóxico de la planta de níquel en Moa

Contaminación

Abundan los reportes de casos de trastornos respiratorios, principalmente en infantes

Estudios de organismos independientes muestran menor esperanza de vida comparada con otros municipios holguineros y una alta prevalencia de enfermedades respiratorias y dermatológicas.
Estudios de organismos independientes muestran menor esperanza de vida comparada con otros municipios holguineros y una alta prevalencia de enfermedades respiratorias y dermatológicas. / Facebook
14ymedio

09 de julio 2025 - 18:42

La Habana/Mientras decenas de residentes continúan denunciando en redes sociales una grave crisis de contaminación por polvo tóxico en Moa, Holguín, el Ministerio de Energía y Minas respondió con una nota en Cubadebate que busca minimizar el impacto ambiental. Su explicación apunta a fallos en el sistema de limpieza de gases en la planta Ernesto Che Guevara, pero no asume ninguna responsabilidad por las emisiones.

La nota oficial asegura que el incremento visible de partículas en suspensión fue resultado de un paro planificado el 7 de julio para limpiar ductos y reparar equipo —estimado para 48 horas, ejecutado en 24— en la industria, dedicada a la explotación de níquel y cobalto. Las autoridades atribuyen la situación al “deterioro del sistema de limpieza de gases” (electrofiltros), cuya mejora se estaría contemplando dentro de un proyecto de mejoramiento.

La explicación no satisface a los ciudadanos, que denuncian una emisión constante de polvo, visible en calles, casas y rostros, mucho antes del incidente

Sin embargo, esta explicación no satisface a los ciudadanos, que denuncian una emisión constante de polvo, visible en calles, casas y rostros, mucho antes del incidente puntual del lunes pasado.

Las autoridades mencionan el cumplimiento de la Ley 150 de Recursos Naturales y Medio Ambiente y normas sobre emisiones atmosféricas y residuales. También destacan logros como filtros de manga que redujeron emisiones de polvo a 1,4 mg/m³, sistemas de monitoreo y proyectos de restauración con reforestación de Pinus cubensis y alianzas internacionales.

Pero los testimonios recogidos por medios independientes y las denuncias a través de Facebook contradicen esta narrativa. Abundan los testimonios con imágenes de polvo negro sobre la piel y la ropa, y reportes de casos de trastornos respiratorios, principalmente en infantes. Todo ello describe una realidad alarmante a pesar de las supuestas medidas ambientales.

"Es como si respiráramos veneno"

El periodista Mario J. Pentón recogió declaraciones desgarradoras: “Todos los días tenemos que soportar una sustancia que cae del cielo. Limpias y al momento ya está sucio otra vez. Lo que sale de tu garganta es negro. Es como si respiráramos veneno. Esta gente nos está matando lentamente”, le escribía una residente de esa zona, en la provincia de Holguín. “Hoy los grupos de Facebook de Moa amanecieron encendidos, con mucha gente quejándose de lo mismo. Hay desesperación, frustración, y una rabia que crece”, añadió.

El ministerio destaca la existencia de cuatro estaciones de monitoreo ambiental en zonas residenciales y protocolos de vigilancia epidemiológica. Según Joel Queipo Ruíz, primer secretario del Partido Comunista en Holguín, no se ha identificado un aumento en atenciones médicas por afecciones respiratorias o alérgicas en las últimas semanas. Pero los ciudadanos aseguran lo contrario: niños que sufren tos crónica y polvo persistente en la piel y la ropa. La explicación oficial no coincide con la realidad cotidiana en Moa.

Las denuncias sobre la “muerte lenta” en Moa no son nuevas

Este tipo de denuncias sobre la “muerte lenta” en Moa no son nuevas. Estudios de organismos independientes recuerdan años de exposición a gases tóxicos, menor esperanza de vida comparada con otros municipios holguineros y una alta prevalencia de enfermedades respiratorias y dermatológicas. Además, recientes inundaciones por crecida del río Cabaña agravaron la exposición a contaminantes en barrios como Ecrin, Cabaña o La Veguita, donde los vecinos sufren simultáneamente crisis climática y contaminación industrial 

La respuesta del Ministerio de Energía y Minas peca de simplista y reactiva. Un incidente aislado no explica una crisis crónica. Habla de tecnología y monitoreo sin mostrar resultados palpables. No hay comparativos reales de niveles contaminantes antes y después, ni datos de salud pública que respalden su postura.

Las fotos virales, las voces ciudadanas y los reportes de salud local refuerzan la percepción de estar ante un ecocidio anunciado. El Gobierno presume de leyes y diálogo abierto. Sin embargo, la indolencia de las autoridades ante décadas de deterioro ambiental, la falta de datos verificables y la urgencia de los testimonios exponen la ausencia de compromiso real.

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