La Habana sube el tono contra Starlink, un sistema usado por 100.000 internautas iraníes

Los cubanos se enfrentan a multas y otras sanciones, ya que la marca carece de licencia

Starlink es lo más cerca a lo que han soñado miles de usuarios de internet en la Isla para mantenerse 'online'.
Starlink es lo más cerca a lo que han soñado miles de usuarios de internet en la Isla para mantenerse 'online'. / Les Numériques
14ymedio

07 de abril 2025 - 11:03

Madrid/El oficialismo cubano lleva días avisando, aunque no ha sido hasta este fin de semana cuando ha pasado a las amenazas concretas. El uso de Starlink, el servicio de internet por satélite diseñado por SpaceX, viola la ley y tiene consecuencias, entre ellas multas y confiscación de equipos, además de otras sanciones y, por descontado, el bloqueo de la señal. La Unidad Presupuestada Técnica de Control del Espectro Radioeléctrico (UptcerCuba) firma la advertencia, publicada en las redes sociales de la empresa y reproducida por varios medios oficiales, que llama a debatir el asunto. 

En el post, la empresa avisa de que también hay repercusiones para la multinacional de Elon Musk de acuerdo con la normativa internacional. La Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), el organismo especializado en el sector dentro de Naciones Unidas, tiene una regla básica que es, de hecho, su artículo primero: reconoce que cada país tiene la soberanía sobre su espectro radioeléctrico. Puesto que el Ministerio de Comunicaciones de Cuba no ha otorgado a Starlink autorización para operar –un requisito indispensable–, la empresa estadounidense no cuenta con licencia, pasando a ser una estación ilegal.

Puesto que el Ministerio de Comunicaciones de Cuba no ha otorgado a Starlink autorización para operar –un requisito indispensable–, la empresa estadounidense no cuenta con licencia, pasando a ser una estación ilegal

Starlink ha ignorado la decisión de la junta de la UIT, que en octubre de 2023 decidió que Irán había aportado pruebas suficientes de que sus terminales se estaban utilizando ilegalmente en su territorio. Hoy se calcula que son más de 100.000 los usuarios de ese país que evaden la censura de su Gobierno para conectarse gracias a estos equipos prohibidos. 

No cabe, pues, esperar ninguna reacción a las advertencias del oficialismo cubano, que recuerda que la empresa de telecomunicaciones se arriesga por esto a una resolución simbólica de la UIT, como ocurrió en Irán, y por lo que la compañía se arriesga a sufrir una “crisis reputacional”. El mensaje subraya, además, que “Starlink opera en bandas Ku/Ka sin coordinación previa con Cuba, exponiendo a interferencias técnicas”. 

“La UIT respalda el derecho de Cuba a defender su espectro y exigir el cese de operaciones no autorizadas. ¿Qué sigue?” –pregunta retóricamente la publicación–. Cuba podría activar mecanismos legales y SpaceX “enfrenta presión para regularizar su situación”. El post, que anima a compartir y debatir, cierra proclamando que “el espectro no es solo un recurso: es un derecho soberano”.

Peor situación enfrentan los cubanos que han invertido la enorme cantidad de dinero que supone hacerse con el equipo y a quienes acaban de recordar que se les puede requisar. Hacerse con el kit v4, por ejemplo, supone un gasto de entre 1.300 y 1.800 dólares. Hace pocas semanas, El Toque indicó que el equipo más barato cuesta 500.000 pesos cubanos, unas 100 veces el salario medio. A ello, hay que sumar el precio por el servicio mensual, unos 165 dólares para el plan itinerante. Frente a ello, los mismos modelos tienen un precio de entre 300 y 600 dólares en EE UU o en torno a los 300 euros en España.

El debate está, como pretendía el régimen cubano, polarizado. El reproche a la estatal de telecomunicaciones Etecsa es uno de los denominadores comunes que más ha disgustado a UptcerCuba. “¿Etecsa contrarrestará esto aumentando la velocidad de sus áreas wifi y la señal de datos?”, pregunta con ironía un usuario al que la empresa responde que para ello “se necesitan más ingresos en monedas libremente convertibles para invertir en tecnología para mejorar y ampliar la infraestructura de Telecomunicaciones, pero con el Bloqueo, la Helms Burton y la persecución financiera que sufre el país, las inversiones de Etecsa son limitadas”. En apoyo a esta respuesta, otro participante señala que el hecho de tener una red deficiente no justifica que una empresa extranjera pueda vulnerar la ley. 

No son pocos los que consideran que, incluso, se está advirtiendo con laxitud. “Que todo el que opere estos equipos sea tratado como agente enemigo y se le aplique la ley como traidor”, reclama un usuario. “Camarada, tampoco hay que exagerar”, le replica otro, mientras un tercero insiste en que se trata de “espionaje extranjero”. “Eso forma parte de la guerra tecnológica, que también es un arma que utiliza Estados Unidos en franca violación de los derechos de Cuba sobre su espectro radio electrónico. Detrás de eso están los enemigos de Cuba al compás del gobierno norteamericano, los Narco Rubio y otros personajes bien conocidos”, destaca otro.

“Que todo el que opere estos equipos sea tratado como agente enemigo y se le aplique la ley como traidor”, reclama un usuario. “Camarada, tampoco hay que exagerar”

Durante años, los internautas cubanos han buscado opciones para saltarse las restricciones del servicio de navegación web de Etecsa, ya sea por sus múltiples problemas técnicos como por la censura que impone a numerosos sitios digitales en sus servidores. Hasta la aparición de Starlink, las opciones para saltarse esos problemas eran inestables y mucho más caras, y aún más complicado era meter al país los dispositivos receptores, por su volumen y complejidad.

En 2011, y tras dos años de prisión, el contratista estadounidense Alan Gross fue condenado a 15 años de cárcel por intentar establecer servicios de telecomunicaciones de manera ilegal o, según la sentencia, “cometer actos contra la integridad del Estado". De ellos, cumplió cinco años –incluyendo los dos pasados en preventiva–, hasta que en 2014 fue liberado en un intercambio con los cinco espías cubanos encarcelados en EE UU. El gesto bilateral dio inicio a la etapa de normalización de relaciones entre Cuba y EE UU, conocido como deshielo.

Starlink es lo más cerca a lo que han soñado miles de usuarios de internet en la Isla para mantenerse online, pero los altos precios y la prohibición oficial hacen que su adquisición y mantenimiento sea, por el momento, algo reservado a los cubanos con ingresos estables en dólares y con el atrevimiento para desoír las advertencias del régimen.

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