"Habrá más represores cubanos sancionados", asegura el jefe de la Embajada de EE UU en La Habana

Miami

Sobre las críticas del régimen a sus recorridos por la Isla, dijo Hammer en una rueda de prensa en Miami: “No hay nada dentro de la Convención de Viena que no permita eso”

Mike Hammer, jefe de misión de la Embajada de EE UU en La Habana, en la rueda de prensa de este viernes en Miami, Florida.
Mike Hammer, jefe de misión de la Embajada de EE UU en La Habana, en la rueda de prensa de este viernes en Miami, Florida. / Captura/Facebook/Martí Noticias
14ymedio

23 de mayo 2025 - 15:14

Madrid/Mike Hammer, jefe de la misión de Estados Unidos en Cuba, va a seguir trabajando como lo ha hecho en los meses que lleva en su cargo. Esto es, recorriendo la Isla y acercándose a la gente. Insistió en ello en una rueda de prensa ofrecida este viernes en Miami, Florida, que fue transmitida en directo por redes sociales.

Con el estilo afable que lo caracteriza, dirigiéndose a la media docena de medios en la sala, comenzó el acto agradeciendo por su presencia “a la prensa que puede hacer su función, en una democracia, donde hay libertad”. Antes de someterse a sus preguntas, reiteró la línea que sigue el actual Gobierno de Donald Trump en su política hacia la Isla, encabezada por el secretario de Estado, Marco Rubio, y basada en dos pilares: “regresar a una política dura hacia el régimen cubano” y “apoyar al pueblo cubano”.

Respecto a lo primero, puso de ejemplo las sanciones, anunciadas el pasado miércoles, a tres jueces y un fiscal que intervinieron en el proceso arbitrario de Luis Robles Elizástigui, “el joven de la pancarta”, aseverando que “habrá más”. “Es un principio, no un fin”, reiteró en el turno de preguntas. “Esta Administración está determinada a sancionar a los represores, va a haber consecuencias por sus acciones y no puedo adelantarme a más medidas que van a venir pero vendrán, eso sí le puedo asegurar”.

"Lo que no queremos ver es que anden represores aquí por las calles de South Beach tomándose su mojito"

Acerca de los errores que puede haber a la hora de identificar a los represores para sancionarlos, o negar injustamente los visados o la residencia a determinadas personas, reconoció que puede haberlos, pero que seguirán con el endurecimiento de la ley. “Lo que no queremos ver es que anden represores aquí por las calles de South Beach tomándose su mojito. Eso no puede ser, no es justo para los cubanos que quieren venir legalmente a Estados Unidos”, esgrimió. “El pueblo cubano además me lo dice: ellos se sienten adoloridos cuando ven que hay algún represor que está disfrutando la buena vida aquí en Estados Unidos. ¿Cómo puede ser, si somos el gran enemigo, que todo cubano quiera venir a Estados Unidos, explíquemelo?”.

El segundo pilar de la política exterior estadounidense hacia Cuba tiene que ver, expuso claramente, con su periplo por el país. Ha estado, contó, en todas las provincias, “desde occidente, en Pinar del Río, hasta el otro extremo, el oriente, en Guantánamo”. Y lo que ha oído de la mayoría, “de casi todas las personas, incluso algunos de la maquinaria del Estado, es que la Revolución ha fracasado”.

El diplomático continuó: “No hay electricidad, ya ven los apagones, hay escasez de combustible, hay escasez de alimentos, hay escasez de medicamentos y la gente reconoce que los responsables son los del régimen cubano, que no tiene nada que ver con ninguna política de los Estados Unidos”.

“Esos del régimen que quieren acusarnos de tal cosa o de la otra deberían escuchar a su propio pueblo”

“Esos del régimen que quieren acusarnos de tal cosa o de la otra deberían escuchar a su propio pueblo”, dijo refiriéndose a las críticas recibidas por el oficialismo, que ha calificado su conducta de “irrespetuosa”, “contraria a las normas del derecho internacional”, “majadera” e “injerencista”. 

Hammer recordó su carrera de más de 36 años, en los que, entre otros destinos, estuvo en Chile o el Congo. “Como le he dicho al régimen cubano: yo hacía lo mismo en esos países, salir a conocer a la gente, hablar con ella”. Y aseveró: “No hay nada dentro de la Convención de Viena que no permita eso”.

De hecho, indicó, acerca de los diplomáticos cubanos en territorio estadounidense, “ellos lo hacen”: “Viajan por todo Estados Unidos reuniéndose con quien quieran. Bueno, yo estoy haciendo lo mismo, no hay nada de malo en ello”. Acerca de la obligación, recientemente impuesta por EE UU a esos diplomáticos de la Isla, de avisar previamente de sus desplazamientos, aclaró que busca precisamente la “reciprocidad”: “No es que no puedan ir, es que tienen que notificar”.

"Obviamente hay mucho movimiento, se ven los Lada por todos sitios"

Se preguntó también, en varios momentos: “¿A qué le tienen miedo, si soy un simple jefe de misión?”. Refirió, además, que ha habido amenazas a la gente para que no se reúna con él, pero que, a pesar de ello, que siguen animando: “Siga, siga reuniéndose con nosotros, apreciamos el apoyo”.

Preguntado si no teme que en sus recorridos pueda haber un “incidente fuera de control” o que “limiten sus movimientos”, respondió que no le preocupa la vigilancia constante, que asume. “Obviamente hay mucho movimiento, se ven los Lada por todos sitios. Si giramos a la derecha, giran a la derecha. No me gusta ir hacia la izquierda –bromeó– pero bueno, si vamos a la izquierda, van con nosotros. Me están filmando constantemente”.

Eso, asegura, no le importa: “Nosotros lo que estamos diciendo es lo que estamos haciendo, totalmente transparentes”. Lo que sí le preocupa es que han visto llamamientos en redes sociales por parte de las autoridades a “ciberclarias” y a “militantes” a “que vengan a molestar” o a “interrumpir” sus viajes. Es algo, dijo, a lo que “hay que tenerle ojo”. 

E incidió: “Cualquier Estado tiene la responsabilidad de proteger a cualquier diplomático extranjero y estoy seguro de que el Gobierno cubano va a cumplir con ello”.

"En los casos en que el régimen no quiera aceptar Estados Unidos tiene que buscar otras opciones"

Sobre el caso de dos cubanos con antecedentes penales deportados a Sudán del Sur –José Manuel Rodríguez Quiñones y Enrique Arias Hierro–, sobre el que la Administración estadounidense no ha sido del todo clara, Hammer dijo estar al tanto y conocer muy bien la realidad de Sudán del Sur, pues fue enviado especial para el Cuerno de África, y explicó: “Todos los meses hay vuelos de deportación a La Habana, presentamos una lista, el régimen la revisa y hasta ahora lo han aceptado. En los casos en que el régimen no quiera aceptar Estados Unidos tiene que buscar otras opciones, pero es la responsabilidad bajo la ley internacional que ellos reciban a los ciudadanos cubanos”.

La periodista que inquirió por el tema repreguntó si lo que estaba diciendo es que el Gobierno de La Habana se negó a recibir a esos dos connacionales, y el jefe de misión eludió dar detalles: “Podría responder a esta pregunta, prefiero que la respuesta la dé el Departamento de Estado”.

¿Es Cuba un Estado fallido?, cuestionó otro periodista, a lo que contestó que no le corresponde a él dar una respuesta, aunque se permitió una opinión: “Si tienes hoteles donde hay aire acondicionado para los extranjeros y no para tu pueblo, no estás respondiendo a las necesidades de tu pueblo”.

En su intervención, el diplomático también pidió liberar a todos los presos políticos y defendió visitar a sus familiares: “Hay que darles un poco de apoyo, y lo aprecian”. Y se extendió: “Es insólito que alguien no pueda salir y expresarse, en protestas pacíficas. En todos los países del mundo, más o menos, eso se puede hacer. Que vuelvan a encarcelar a José Daniel Ferrer y a Fñekix Navarro, que les habían liberado, ¿por qué, porque José Daniel está alimentando a su comunidad? Eso no tiene nada que ver con que se reúna conmigo. Ellos saben lo que hablamos, lo tienen todo escuchado”. De igual modo aludió a Luis Manuel Otero Alcántara y Maykel Castillo Osorbo: “¿Por qué les tienen miedo a unos artistas?”.

Por último, habló de los empresarios a los que ha visitado, especialmente “microemprendedores” y, sobre todo, mujeres, acerca de lo cual sostuvo que “son personas que quieren ganarse la vida porque no hay otra manera” y que tienen “un espíritu que compartimos todos aquí”. “Merece la pena apoyarlos, sobre todo porque el Estado no lo hace”.

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