En Matanzas, nadie cree que Félix se suicidó después de huir de la Seguridad del Estado

Crimen

“Los moretones en el cuello y los brazos, la rigidez del cuerpo y las marcas no coinciden con la versión oficial del ahogamiento”

La familia del joven, arrestado durante un apagón el pasado 23 de junio, denuncia que lo mataron a golpes.
La familia del joven, arrestado durante un apagón el pasado 23 de junio, denuncia que lo mataron a golpes. / Facebook
14ymedio

01 de julio 2025 - 16:18

La Habana/La muerte de Félix Lázaro Reinoso Rodríguez, de 32 años, mientras se encontraba bajo custodia del Departamento Técnico de Investigaciones (DTI) en Matanzas, ha levantado una ola de indignación dentro y fuera de la Isla. La familia del joven, arrestado durante un apagón el pasado 23 de junio, denuncia que lo mataron a golpes y que las autoridades intentaron ocultar el crimen. Las imágenes de su cadáver, plagado de hematomas y con signos visibles de violencia, contradicen la versión oficial de una supuesta fuga y posterior suicidio.

“El acta de defunción es absurda. Fue sepultado en una fosa común, como un desconocido, sin velorio ni dignidad”, aseguró su prima, en declaraciones a medios independientes. La policía, según su testimonio, intentó justificar la muerte alegando que Reinoso se lanzó al mar con una piedra de 43 libras amarrada al cuerpo. “Pero esa piedra no estaba cuando lo fuimos a identificar”, añadió. Un médico forense les dijo que Reinoso llevaba más de 48 horas muerto, algo que contradice la versión oficial.

“De ahí no se escapa nadie”

La intelectual matancera Alina Bárbara López Hernández –quien conoce a la familia de Reinoso–, tampoco cree en la versión de la fuga. “De ahí no se escapa nadie”, dijo a 14ymedio. “Los del 11J que estuvieron ahí adentro cuentan que no se sabe si es de día o de noche”. López también describe que los trabajadores entran por un portón de hierro donde hay una garita con guardia las 24 horas. Además, entre el lugar donde estaba detenido y la costa hay algunas cuadras de distancia. “No tiene sentido que ese muchacho haya huido para ir a tirarse ahí al mar a matarse”, añadió.

Reinoso fue arrestado el lunes por la noche en su casa, en el municipio de Jovellanos, bajo cargos de “receptación”. Al parecer, había comprado piezas de auto sin saber que estaban relacionadas con un caso de homicidio. Desde entonces, comenzó el calvario de sus familiares. 

"El jefe del DTI se le encaró y la amenazó con dejarla detenida”

El miércoles, una tía materna intentó verlo en la estación del DTI junto a un abogado. “Le dijeron que no podía entrar sin cita. Cuando sugirió que quizá estaba golpeado, el jefe del DTI se le encaró y la amenazó con dejarla detenida”, relató su hija.

El jueves, la familia fue informada de que Reinoso se había “fugado” durante un descuido del investigador. Y el viernes recibieron la peor noticia: su cadáver había aparecido en la bahía de Matanzas. El golpe para los suyos fue doble. Además del dolor, vino la sospecha. “Se están difundiendo noticias falsas diciendo que él participó en otro crimen. No es cierto. Lo único que hizo fue comprar unas piezas de carro. Lo quieren convertir en culpable para justificar lo que hicieron”, lamentó su familiar.

Una doctora cercana a la familia, que pudo examinar fotos del cadáver, desmintió también la versión oficial. “Una persona que se ahoga se pone pálida, no morada, y no se le botan los ojos. Eso ocurre por asfixia”, explicó. Más aún: “los moretones en el cuello y los brazos, la rigidez del cuerpo y las marcas no coinciden con una caída ni con ahogamiento”.

“Están cruzando todos los límites”

Lo más insólito fue la insistencia de la policía en enterrarlo como “desconocido”, alegando que el agua había borrado sus huellas dactilares. “Querían quitárselo de encima rápido”, denunció la prima. Solo después de la presión familiar lograron recuperar el cuerpo, pero ya sin posibilidad de velorio ni despedida.

La familia ha contratado abogados y afirma que llegará hasta las últimas consecuencias. “Vamos a ir con todo. Mientras más se sepa, más difícil será que se salgan con la suya”, aseguró la prima.

López comparó lo sucedido con las prácticas represivas de la dictadura de Batista. Incluso Caridad Suárez Díaz, veterana del movimiento clandestino, le confesó con pesar: “Esto no es por lo que nosotros luchamos”, al enterarse del caso de Reinoso. “Están cruzando todos los límites”, advirtió López. “Estamos en la fase final de un proceso que sabíamos que sería muy duro. Y lo peor aún está por venir”.

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