"El pan se dará cuando entre la harina"
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Al lado de este cartel, las tiendas estatales llevan otro: "Saludamos el 1º de Mayo con eficiencia y compromiso"
La Habana/En el cristal de la panadería anuncian con letras grandes: “Viva el 1º de Mayo”. Con letras pequeñas, otro cartel aclara: “El pan se dará cuando entre la harina”. Aquel viejo refrán que reza “Guarda pan para mayo” se transforma en una adivinanza. Desde el inicio de esta semana, los habaneros entran y salen con sus jabas vacías, mientras los dependientes, sin respuestas, hacen cuentos de cargamentos y embarcaciones que deberían haber llegado. Mientras tanto, en el mercado privado, las bolsas de 6 y 8 panes se disparan hasta los 300 y 500 pesos.
“Ya yo no sé qué hacer para darle de comer a mi hijo, sobre todo en esta semana de receso”, comenta Teresa, una madre de 35 años. “Hace más de un mes que estoy sin gas, y cuando se va la corriente al mediodía, no tengo con qué cocinar. El pan es un alimento de urgencia, para resolver, y ya ni eso tengo”. Teresa hace un sacrificio. Compra la bolsa de 6 panes a 370 pesos en la cafetería privada justo al lado de la panadería estatal de su barrio, y así al menos asegura el desayuno de su hijo. “Para el resto del día ya inventaré”, se dice a sí misma, pensativa.
Este miércoles, el Consejo de la Administración del municipio de Plaza de la Revolución informaba en su página en Facebook que, durante las últimas 48 horas, sus panaderías presentaban problemas para elaborar el pan de la canasta básica debido a la falta de harina.
“Esa nota informativa es una semana sí y otra no. Ya el cubano sabe que cuando no hay pan, es porque no hay harina, o no hay aceite, o porque no ha entrado el barco, y así sucesivamente con el arroz y todo lo demás,” dice Antonio, quien refiere que no son necesarias las aclaraciones ni justificaciones. “Todos conocemos sobre su ineptitud. Buenos para nada.”
Por otro lado, el pan en los negocios privados no ha escaseado, pero sí ha experimentado un aumento considerable de su precio en las últimas semanas. En Guanabacoa, es normal oír el pito o la voz pueril de un niño vendiendo por las calles a cualquier hora, lo mismo a las 6 de la mañana que a las 11 de la noche.
“Hasta hace dos semanas yo compraba la bolsa de 9 o 10 panes a 200 pesos”, dice Leticia, vecina del barrio Habana Nueva, en el municipio de Guanabacoa. “En mi casa somos tres, y cada uno en una merienda o un desayuno se come dos y a veces hasta tres panes, porque son pequeñitos, casi de cumpleaños, y ni pienses ahorrarlo para dentro de dos días, porque se ponen malos enseguida,” continúa Leticia, quien al menos tiene la posibilidad de gastarse ese dinero cada cierto tiempo. “Pues esos mismos panes me los subieron la semana pasada a 250 pesos, y este lunes amanecieron en 300. Lo peor de todo es que ahora aparece la harina, pero estos precios no vuelven a bajar.”
Varias han sido las denuncias en redes sociales en días recientes sobre la situación del pan, lo que da a entender que se trata de un asunto a nivel nacional. En la capital, vecinos de la Lisa, Luyanó, Alamar y el Vedado, han alertado que en las panaderías de sus barrios no hay harina, pero los particulares tienen cualquier cantidad. “Es algo horrible vivir así”, dice Yuly Saez en una publicación de Facebook. “Llevamos tres días sin pan en la panadería… nadie da una solución ni una respuesta adecuada, pues nuestros niños lo que más comen es pan. Ahora los particulares se aprovechan y venden la bolsita en 500 pesos.
A todo esto, ninguna autoridad ha dado una explicación sobre la ausencia del producto o el tiempo estimado para que vuelva a las panaderías. En septiembre del pasado año, Anayra Cabrera Martínez, directora de Política Industrial del Ministerio de la Industria Alimentaria, informó que el peso del pan de la canasta familiar normada tendría una disminución de 20 gramos, pasando de 80 a 60 gramos, con el objetivo de no afectar su producción y que llegase a toda la población, debido a la indisponibilidad de harina en el país. Así mismo explicó que no se trataba de una modificación definitiva, y que podrían existir afectaciones por atrasos, debido al movimiento logístico que requerían para transportar la harina.
Meses después, la situación con el pan no parece tener una solución inmediata.