Rusia y China se desviven para rescatar el sistema eléctrico en Cuba

Moscú financia energías fósiles mientras China cubre el país de parques solares poco eficientes

Parque fotovoltaico de Martí, Matanzas.
Parque fotovoltaico de Martí, Matanzas. / Girón
14ymedio

20 de marzo 2025 - 10:48

La Habana/Rusia reivindicó este miércoles su aportación a la titánica tarea de sostener el sistema electroenergético nacional (SEN) a través de su embajador en la Isla, Víktor Koronelli, que se presentó en Mayabeque para visitar las instalaciones de la petrolera Zarubezhneft en Boca de Jaruco. La empresa, que lleva 15 años con exiguos resultados en Cuba, anunció a principios de marzo que comenzó a “producir petróleo ultra viscoso y extrapesado (betún natural) a partir de depósitos de carbonato, utilizando métodos térmicos de vapor”, excusa suficiente para que el diplomático acudiera hasta allí y hasta la termoeléctrica Ernesto Guevara, en Santa Cruz del Norte.

“Hablamos de las perspectivas de la colaboración en energía. ¡Agradezco la cálida bienvenida de la dirección provincial!”, dijo Koronelli, que aprovechó para subrayar que Rusia está contribuyendo a la modernización de tres unidades de termoeléctricas cubanas de 100 megavatios (MW) cada una, entre ellas la visitada. Además, recordó que se está construyendo un nuevo bloque de 200 MW con un crédito ruso. 

La prensa oficial no ha perdido la oportunidad de agradecerle el crédito de 60 millones para combustible –presumiblemente empleado en pagar los 790.000 barriles de crudo hace un mes en el Akademik Gubkin– y el extra de dos millones más para piezas y componentes, así como señalar que los “siete pozos” de Zarubezhneft “aportan más de 1.600 toneladas de petróleo cada mes”.

Las autoridades cubanas están enfrascadas en la transición energética, algo que trataron de subrayar –más aún– este miércoles en el programa televisivo Mesa Redonda

Las autoridades cubanas están enfrascadas en la transición energética, algo que trataron de subrayar –más aún– este miércoles en el programa televisivo Mesa Redonda. Pero, como dijo durante la emisión Rosell Guerra Campaña, director de energía renovable del Ministerio de Energía y Minas, “no se trata solo de construir parques solares; también hay que recuperar la producción de combustibles y mantener las termoeléctricas”. En eso, como en la Historia, Rusia representa el siglo XX –energías fósiles– y China al XXI, las renovables.

El país asiático tuvo un protagonismo arrollador en el programa de anoche. En él se habló del donativo con el que se prevé construir 22 parques fotovoltáicos que aporten 120 MW, de los que ya hay siete con la dotación inicial para empezar a erigirse. Este proyecto tiene dos partes, expuso Ovel Concepción Díaz, director de generación con fuentes renovables de energía. “Para los primeros 35 MW los recursos se van a completar en los meses de febrero a julio. Es decir, que vamos a tener la posibilidad de construir esos parques este año. Y para la segunda etapa, que son 85 MW los recursos los vamos a tener entre marzo y octubre”, dijo.

Este proyecto es independiente del de los ya conocidos 92 parques solares de empresas chinas, que acaparó buena parte de la Mesa Redonda como lo lleva haciendo casi un año en la prensa por las esperanzas y dudas a un tiempo que genera la instalación de los más de 2.000 MW de capacidad que aportarán –si todo va bien– al SEN cuando estén terminados en 2028. 

Sin embargo, como lo explicó la especialista Zea en un artículo publicado en 14ymedio, la dificultad va más allá de cubrir el país de paneles solares. Se trata de instalar bancos de baterías –solo se han puesto en cuatro emplazamientos por el momento, según el director de energía renovable, con 200 MW en total–, para que la energía almacenada sea utilizable cuando pasen las horas de sol, que coinciden con las de mayor consumo. En las condiciones económicas actuales del país, un proyecto de ese calibre no es viable.

Las autoridades pretenden, para finales de este año, alcanzar un 8% de generación con renovables que permitirían, calculan, ahorrar más de 400.000 toneladas de combustible

Inasequibles al desaliento, las autoridades pretenden, para finales de este año, alcanzar un 8% de generación con renovables que permitirían, calculan, ahorrar más de 400.000 toneladas de combustible. El objetivo final es alcanzar la meta fijada en 2014 de llegar a 2030 con un 24% en energía verde, aunque hasta ahora el progreso ha sido visiblemente nulo, ya que ese mismo año ya había un 5%. Eso supone que en 11 años se habría añadido solo un 3% aun contando con el esprint de los 55 parques de 2025. Rosell Guerra hizo referencia a uno de los asuntos más controvertidos: el almacenamiento. 

Hasta el momento hay dos instalaciones funcionando, en La Habana y Cienfuegos, con una capacidad de 43 MW. Según sus cuentas, aunque sin especificar en cuánto tiempo, cada parque permite ahorrar 35.000 toneladas de combustible al año. “En los dos parques que se terminaron en el mes de febrero –apostilló– se ha generado más de 4.159 MW, que es un ahorro de más de 1.000 toneladas de combustible. Según el funcionario, en marzo se habrán añadido seis más, para un total de 170 MW. 

A estos datos siguió una detallada explicación sobre la complejidad de construir los citados parques: la cantidad de materiales precisos para ello, la mano de obra cualificada –famoso fue el caso de los técnicos chinos que tuvieron que acudir al auxilio de los cubanos en el parque avileño de Ciego Norte– y el reto de aprender sobre tecnologías desconocidas. El cambio a las renovables avanza, en todo caso, y para ello se aprobará una ley de transición energética el próximo diciembre, recordaron. 

“Hemos identificado sectores con grandes oportunidades, como el de la industria alimentaria, que consume diésel y fueloil, así como el turismo, el sector azucarero y la agricultura”, dijo Rosell Guerra. A ello habrá que sumar los paneles en techos de algunas industrias, entre ellas la biotecnológica o la electrónica, porque toda aportación es poca teniendo en cuenta que no solo es preciso para la luz, “sino para el riego agrícola”.

Entre los incentivos, Guerra recordó que existe una resolución aprobada en 2023 que exime de impuestos durante ocho años a quienes inviertan en renovables, además estos aparatos no están sujetos a aranceles. También mencionó la ley de medidas de eficiencia energética que obliga a las empresas a tener un programa de transición y a los grandes consumidores a generar la mitad de energía que consuman. 

Otros proyectos menos populares –aunque sí conocidos– que salieron en la conversación de anoche fueron el parque eólico Herradura 1, que aportará 33 MW cuando se concluya “el próximo año”, o la construcción de una central hidroeléctrica en Alacranes, Villa Clara, que debe iniciarse a mediados de este año y cuya aportación debe ser de 2,1 MW. 

Ramsés Monte Calzadilla, director de política y estrategia del Ministerio de Energía y Minas, que enfatizó la importancia del almacenamiento para que la fotovoltaica aporte de noche, dedicó un amplio bloque de la Mesa Redonda a hablar de vehículos eléctricos. La ampliación de ese parque automotor permitiría reducir el consumo de combustibles, pero también otros elementos necesarios para el mantenimiento, aceites entre ellos.

La ampliación de ese parque automotor permitiría reducir el consumo de combustibles, pero también otros elementos necesarios para el mantenimiento, aceites entre ellos

“Por ejemplo, Aguas de La Habana, donde entraron las primeras flotas de vehículos eléctricos en el año 2018. Ya tienen casi siete años de explotación y el coeficiente técnico de disponibilidad es más del 90%”, dijo el directivo, que también habló de la estrategia de reducir las calderas industriales implementando bombas de calor eléctricas, alimentadas con paneles. 

Cuba sufrió hace casi una semana la cuarta desconexión integral del SEN, después de una en octubre, otra en noviembre y una tercera en diciembre. Pese a tener una capacidad instalada de más de 5.000 MW, muy superior a las necesidades actuales del país, las averías y la escasez de combustible reducen la potencia disponible a menos de la mitad, con déficits diarios que superan los 1.500 MW e imposibilitan una vida normal para la población, hastiada por los incesantes apagones.

Aunque esas promesas suenan a propaganda y no ofrecen una alternativa sólida a las centrales termoeléctricas, lo importante para las autoridades es dar la impresión de que están haciendo algo para resolver uno de los problemas más acuciantes que mantienen el país en una profunda crisis.

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