Televisión Cubana dedica un programa a la corrupción de abajo, obviando los casos mayores en la cúpula

Cuba

Todo sobre los desfalcos en la distribución de productos de la canasta básica, nada sobre el cese del ministro Gil o las finanzas de Gaesa

Los casos abordados durante la transmisión incluyeron acciones delictivas de funcionarios de nivel medio o bajo.
El programa invita a la ciudadanía a denunciar lo que ocurre en su entorno inmediato. / Gobierno de La Habana
14ymedio

04 de julio 2025 - 06:34

La Habana/Con un gran despliegue propagandístico, la televisión cubana anunció un “histórico” programa de su espacio Hacemos Cuba dedicado a denunciar casos de corrupción administrativa en el país. Por fin, pensaban algunos, Humberto López levantaría el velo sobre un asunto que corroe el país. Pero la decepción no se hizo esperar. No se dijo una sola palabra sobre Alejandro Gil, ex viceprimer ministro y ex titular de Economía, acusado en marzo de 2024 de “corrupción, simulación e insensibilidad”. Tampoco se tocó ningún tema que rozara a las altas esferas. 

Los invitados al programa de Humberto López –funcionarios de la Contraloría General de la República, coroneles del Ministerio del Interior y representantes de la Fiscalía General– ofrecieron una imagen de institucionalidad severa y eficiencia operativa. Entre uniformes impecables y frases cuidadosamente medidas, insistieron en que “no hay impunidad” y que las estructuras del Estado están diseñadas para detectar y castigar cualquier irregularidad. Sin embargo, su presencia en el plató reforzó la sensación de que la corrupción solo se persigue cuando ocurre en los márgenes del poder. Más que guardianes de la legalidad, los invitados parecían intérpretes de un libreto que evita cuidadosamente señalar hacia arriba.

Los casos abordados durante la transmisión incluyeron desfalcos en la distribución de productos de la canasta básica, desvío de recursos en empresas estatales y acciones delictivas de funcionarios de nivel medio o bajo. 

El ejemplo más destacado fue el de la Unidad Empresarial de Base 654 de Bayamo, donde se detectó un esquema de sustracción sistemática de arroz, chícharos y azúcar

El ejemplo más destacado fue el de la Unidad Empresarial de Base 654 de Bayamo, donde se detectó un esquema de sustracción sistemática de arroz, chícharos y azúcar. Según las autoridades, los implicados llegaron a llenar sacos con arena para ocultar la falta de alimentos destinados a más de 256.000 consumidores en la provincia de Granma. Ocho personas están actualmente bajo prisión provisional, incluidos el director de la entidad, una especialista comercial y otros trabajadores de la nave.

En otro caso, en la empresa Suchel, se sustrajeron productos de aseo personal que fueron colocados en el mercado informal. También se mencionaron hechos similares en las entidades de recogida de desechos sólidos en los municipios de Plaza de la Revolución y Centro Habana, y en una filial de la empresa Copextel en Camagüey. Las autoridades afirmaron que en todos estos hechos las investigaciones se iniciaron por denuncias populares o auditorías internas, con participación de la Contraloría General, la Fiscalía y el Ministerio del Interior.

La estructura del programa estaba más orientada a reafirmar la narrativa oficial –que presenta al Estado como víctima de empleados deshonestos– que a ofrecer un verdadero ejercicio de rendición de cuentas.

La catedrática Alina Bárbara López Hernández expresó su decepción ante lo que se presentó como una “cruzada inédita". Aunque el conductor Humberto López mostraba “entusiasmo casi infantil al inaugurar esta nueva etapa del programa”, la expectativa de abordar grandes casos de corrupción —como el del ex ministro Gil, las operaciones turbias de Cimex o las finanzas opacas de Gaesa— se vio rápidamente frustrada. En lugar de escarbar en las alturas del poder, el programa se limitó a “exponer desvíos y manejos indebidos en entidades de base y empresas municipales, presentados como si fuesen el núcleo del problema”.

La catedrática Alina Bárbara López Hernández expresó su decepción ante lo que se presentó como una “cruzada inédita"

López señala que el enfoque del programa refuerza una narrativa de vigilancia horizontal: se invita a la ciudadanía a denunciar lo que ocurre en su entorno inmediato, sin cuestionar los engranajes superiores del sistema. A pesar de algunas afirmaciones reveladoras, como la admisión de fallos estructurales en los mecanismos de control interno y la necesidad de una “separación de funciones”, la profesora subraya que esas fallas son un reflejo del orden político vertical donde no existe la “separación de poderes”. 

La corrupción en la base es un síntoma, no el origen. Mientras no se mire hacia arriba con el mismo ímpetu, el intento de mostrar transparencia será, como en este primer programa, insuficiente y decepcionante.

También te puede interesar

Lo último

stats