Los vaivenes en el suministro eléctrico multiplican las averías en Matanzas
Averías
Las reparaciones de los transformadores dañados por las oscilaciones del voltaje tardan días por la falta de piezas
Matanzas/"Viene, va y se vuelve a ir", así describe Alfredo los apagones, en un ciclo que parece no tener fin y que pone en máxima tensión no solo la vida cotidiana sino también la depauperada infraestructura de cables y transformadores de Matanzas. Los cortes y vaivenes en el suministro multiplican las roturas en una ciudad donde las familias tratan de aprovechar al máximo las pocas horas diarias con suministro eléctrico.
Con el anaranjado chillón de su carrocería, el camión de reparación de la Empresa Eléctrica es fácil de distinguir desde varias cuadras de distancia. Últimamente su presencia es también una señal de que el regreso de la corriente ha traído más pena que alivio entre los vecinos de una zona. Las oscilaciones del voltaje, cuando retorna la energía, dañan los equipos electrodomésticos, hacen saltar chispas en el tendido y ponen a prueba el estado de los transformadores.
El transformador, ubicado en el poste más cercano, no soportó la carga eléctrica y en breve comenzó a echar humo
"Llevamos 48 horas sin luz y contando", explicaba el pasado domingo a 14ymedio María Elvira, residente en la barriada de Pueblo Nuevo. Tras un prolongado apagón, la mujer creyó, cuando el zumbido del refrigerador arrancando inundó su casa, que podría encender la olla arrocera y mirar algún programa en la televisión. Pero la alegría duró apenas unos segundos. El transformador, ubicado en el poste más cercano, no soportó la carga eléctrica y en breve comenzó a echar humo y toda la cuadra se quedó sin corriente otra vez.
"Llamé al despacho de la Empresa Eléctrica, demoraron bastante porque dicen que hay muchos reportes de averías en la ciudad". Cuando el liniero subió hasta la altura del transformador dio un dictamen desesperanzador: "Hay que reemplazar una pieza y aquí no hay, vamos a tener que mandar a buscarla al municipio de Colón", sentenció el empleado estatal. Si en otras zonas de Matanzas al menos lograron cargar las baterías de los móviles, con un poco de electricidad que tuvieron en la jornada, María Elvira no disfrutó ni de un solo vatio.
El propio director de la Empresa Eléctrica provincial, Alejandro Rodríguez Azpeitía, reconoció recientemente, en una entrevista con el diario local Girón, que muchas de "estas afectaciones están relacionadas con los apagones" y con el momento en que regresa el fluido. El funcionario detalla que en la ciudad han llegado a acumularse hasta 19 transformadores rotos. La razón de que en muchos casos la solución tarde hasta días es la falta de piezas debido, en parte, a que "la fábrica nacional enfrenta paralizaciones".
"Ya hemos perdido un aire acondicionado con esa gracia y al refrigerador le tuvimos que cambiar la máquina"
En el barrio de La Playa, Alfredo llevaba 15 horas de apagón el domingo cuando su reloj marcó la una de la tarde. En su hogar han tomado todas las precauciones y los dispositivos electrodomésticos han sido desconectados de los tomacorrientes nada más que comenzó el apagón. "A veces viene pero solo funciona una fase eléctrica y eso acaba con los equipos, ya hemos perdido un aire acondicionado con esa gracia y al refrigerador le tuvimos que cambiar la máquina porque un pico de voltaje la quemó".
Aunque la profesión de Alfredo, vendedor de alimentos por cuenta propia, nada tiene que ver con la ingeniería eléctrica, el matancero ha desarrollado un conocimiento especial sobre circuitos, transformadores, voltios y cargas de energía. También sabe que la Empresa Eléctrica no da abasto a tantas llamadas con reportes de electrodomésticos dañados o circuitos caídos debido a la tensión que la red energética experimenta con los apagones.
El hombre advierte de que el teléfono de atención al cliente de la entidad estatal se pasa buena parte del día congestionado. "A veces creo que hasta lo desconectan porque no tienen recursos para solucionar tantas roturas". En su barrio ha visto cuadras que han pasado dos o tres jornadas completas sin suministro eléctrico porque, tras la avería de los cables o de un transformador, la Empresa Eléctrica no ha logrado solucionar con celeridad el problema. "A veces vienen y se ve que no tienen nada, ni un tornillo para una reparación".
"Es como si tampoco les importara ya lo que piensen los clientes"
A diferencia del Período Especial, la crisis de los años 90 que Alfredo vivió siendo muy joven, el matancero opina que el actual panorama energético tiene una nueva variable: la incapacidad de las entidades oficiales "para responder a las quejas de la gente, no pueden pero es como si tampoco les importara ya lo que piensen los clientes".
En La Playa, algunos vecinos se han vuelto diestros en solucionar las tupiciones en las tuberías albañales, otros se han convertido en expertos en crear cisternas para tratar de almacenar la poca agua que llega cada vez de forma más espaciada en el tiempo y no faltan los que han reparado hasta el trozo de acera que pasa frente a su puerta destrozado por décadas sin inversiones estatales. Pero "la electricidad es otra cosa, eso tienen que arreglarlo los especialistas, porque es un peligro meter las manos en la cablería esa", dice y señala hacia el poste más cercano a su casa.
Recientemente, las autoridades cubanas decretaron una exención de aranceles para las empresas estatales y privadas para la importación de paneles solares. Alfredo calcula que si "la política del sálvese quien pueda sigue así", no será descabellado ver a los vecinos de una barriada "comprar un transformador eléctrico, los cables y hasta el poste en el extranjero, traerlos y contratar directamente a unos técnicos para que lo instalen". Habrá barrios con energía solar donde se enciendan las ollas arroceras, mientras otros seguirán a merced de las oscilaciones del voltaje que les dejan a oscuras. Todo dependerá del bolsillo.