Irán y China, insólitos protagonistas de la Bienal de Humorismo en San Antonio de los Baños
Cultura
En ninguno de los cuatro países más representados en el evento se puede ejercer la sátira política con libertad
Madrid/Menos fake y más news es el lema de la edición número 24 de la Bienal Internacional de Humorismo Gráfico, que comenzó este domingo y se prolongará hasta el próximo miércoles en San Antonio de los Baños. La pequeña ciudad de Artemisa –a menos de 40 kilómetros de La Habana– fue siempre conocida como la Villa del Humor –además de por su internacionalmente conocida Escuela de Cine– hasta que en 2021 se convirtió en el epicentro de las protestas del 11 de julio de 2021, que estallaron justo allí.
El humor ha ido cediendo sitio a la tristeza y la decadencia, en una ciudad a la que sus vecinos han rebautizado como Villa del Horror, especialmente tras el paso del huracán Rafael, que azotó en octubre la provincia. El ciclón dejó techos arrancados, calles inundadas y numerosas instalaciones maltrechas. “A veces, simplemente, no puedo cocinar”, contó entonces una residente a 14ymedio. Y su caso no es excepcional.
La cita del humor se desarrolla en este contexto y parte del espíritu se está trasladando al evento. Los organizadores anunciaron una muestra internacional denominada Promoviendo la paz en Gaza que, aunque forma parte de la Bienal, se concentra en La Habana, con la presentación de 60 obras de 58 autores procedentes de 30 países.
En el evento hay anunciadas otras exposiciones, talleres, presentaciones de libros, pasacalles, homenajes y un certamen del salón internacional en el que compiten 233 obras en las categorías de humor general, sátira política, historieta humorística, caricatura personal y fotografía humorística.
En ese marco, los países más representados son Irán, con 62 artistas, y Cuba, con 27
En ese marco, los países más representados son Irán, con 62 artistas, y Cuba, con 27. Ni ellos ni los que siguen, China y Turquía, son precisamente lugares en que la caricatura o la sátira política pueda ejercerse con libertad alguna, pero habrá que esperar por si hubiera alguna extraña sorpresa.
El discurso inaugural no promete demasiado. Se habló del humor como algo “retador y redentor”, en momentos “muy complejos y difíciles para Cuba”. Ahí comenzó el relato, al hablar de un pueblo “castigado a niveles demenciales por un vecino poderoso que persiste en hacer sufrir a un pequeño país, que lejos de agredir a nadie ha llevado solidaridad y atención médica a millones de personas en 165 países”.
Se habló también del “imperialismo yanqui”, de la OEA, de la ONU y de Playa Girón; pero poco de la risa. No obstante, cuando concluya el evento, se hará entrega del Gran Premio Eduardo Abela, tres galardones por cada categoría y los premios colaterales, además del concurso infantil Riamos siempre.
La edición está dedicada al artista cubano Manuel Hernández
La edición está dedicada al artista cubano Manuel Hernández, galardonado con el Premio Nacional de Artes Plásticas 2024, quien ha interpretado en su obra el imaginario del campesinado cubano desde sus pinturas, cerámicas y caricaturas.
Una anécdota del homenajeado resume con agudeza cómo lo inverosímil puede pasar inadvertido cuando lo autoritario se vuelve rutina. Resulta que el caricaturista y otro colega decidieron colocar una foto de Hitler en su carné del suplemento humorístico DDT, y cada vez que entraban al periódico Juventud Rebelde se presentaban con total seriedad como miembros de la Gestapo. Lo hicieron durante meses, hasta que se aburrieron del juego. Pero las recepcionistas jamás captaron el chiste, ya fuera por estar condicionadas a actuar como autómatas, o porque no les sorprendía que por allí circularan identificaciones similares. Y no, este relato no es fake: aparece en el libro Manuel = Manuel, de Ediciones Matanzas.