La luz de Shakespeare brilla en un teatro habanero, en medio de los apagones

La Compañía del Cuartel lleva a escena 'Shakes', de Reinaldo Montero

Para comprender todas sus referencias haría falta un conocimiento extenso de William Shakespeare.
Para comprender todas sus referencias haría falta un conocimiento extenso de William Shakespeare. / 14ymedio
Reinaldo Escobar

06 de abril 2025 - 14:05

La Habana/Cuando el actor David Reyes, haciendo el papel de Shakespeare, lanza al aire las hojas donde ha escrito sus obras, mientras Francis Ruiz, aferrado al atril en el rol de Kempe, tiene a sus pies la calavera de Yorik, cualquier espectador avezado puede sospechar que Shakes corre el riesgo de ser "acusada" de ser teatro sobre el teatro.

Esta representación, que ha encontrado su escenario en la sala del Centro Cultural Bertolt Brecht, en El Vedado (La Habana), es la sexta obra del escritor Reinaldo Montero que en los últimos diez años lleva a las tablas Sahily Moreda, directora de la Compañía del Cuartel.

Si los que asisten han leído antes el programa, pensarán que van a presenciar una obra estrictamente política, donde se critica la censura y se evidencian los dilemas que sufren los creadores ante la disyuntiva de escribir para complacer al poder o para manifestar lo que ellos quieren expresar. Una cuestión tan actual como difícil de abordar en la Cuba de hoy.

Es un alivio la presentación de esta obra bien cuidada y que obliga a volver a los libros para completar las preguntas que nos deja

Pero Shakes parece discurrir por otros senderos. No es que el programa mienta, sino que la obra es muy exigente con sus espectadores. Para comprender todas sus referencias haría falta un conocimiento extenso de William Shakespeare. Quienes dominen el amplio catálogo del dramaturgo inglés podrán disfrutar de todas las alusiones a su obra y reír con cada guiño que los actores hacen a sus múltiples tramas.

La pieza es una inmersión a fondo en la creación shakesperiana, en el entorno social y político en el que dio forma a sus personajes y las presiones que sufrió el también poeta y actor. La obra dirigida por Moreda es la tercera de una tetralogía creada por Montero. La primera fue Liz, que se estrenó en La Habana en 2008, a la que siguió Robin y que tuvo en Macbeth 2.0 su punto final. El disfrute de las cuatro podría ayudar a completar el entendimiento de cada una.

Pero más allá de cuánto se comprenda, Shakes se disfruta. En una ciudad acosada por los apagones y por las dificultades para moverse de un barrio a otro, es un alivio la presentación de esta obra bien cuidada y que obliga a volver a los libros para completar las preguntas que nos deja. Confieso que fui hasta el Bertolt Brecht escapando de un corte eléctrico en mi zona, pero salí de la sala recargado e iluminado.

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