El Gobierno cubano se empeña en sacar al sector privado del negocio del cacao

Cuba

La empresa estatal Alimcor se asocia con la eslovaca Proxenta para crear Baracocoa dentro de su plan para recuperar un sector que produce divisas

Baracoa entrega el 85% de todo el cacao que se siembra en el país.
Baracoa entrega el 85% de todo el cacao que se siembra en el país. / Juventud Rebelde
14ymedio

13 de agosto 2025 - 13:05

La Habana/En una ceremonia que la prensa oficial calificó de “sencilla”, el Gobierno cubano concretó, el martes, la creación de una nueva empresa mixta, primer paso en su ofensiva para apartar al sector privado del negocio del cacao, un rubro que produce divisas en un mercado internacional muy favorable. Con el nacimiento de Baracocoa S.A., fruto de una alianza entre la empresa cubana de Alimentos y Bebidas S.A. (Alimcor) y la eslovaca Proxenta, el régimen pone en marcha su plan para que los ingresos del negocio chocolatero vuelvan a las arcas del Estado.

El acto de constitución tuvo lugar en el Hotel Nacional, con la presencia de funcionarios de los ministerios de la Industria Alimentaria y del Comercio Exterior, además del embajador de Eslovaquia en la Isla. La empresa mixta tendrá como objeto procesar y comercializar toda la gama de productos derivados del cacao: chocolates, mezclas, premezclas, confituras, pastas y grasas, cuentan los medios oficiales.

Según la Agencia Cubana de Noticias, los resultados de la empresa “impactarán tanto en el desarrollo de la economía cubana como en el beneficio de su población, además de estimular a los productores de cacao de la zona oriental de Baracoa, a mayores niveles de producción”.

El anuncio oficial sigue a la crisis productiva que arrastra el sector desde hace años. La producción en Baracoa –que entrega el 85% de todo el cacao que se siembra en el país– cayó de 1.100 toneladas en 2022 a poco más de 700 en 2023, y luego a apenas 380 toneladas en 2024. Para 2025, con una previsión incluso peor, se estima que cierre con unas 150, una cifra ínfima frente a las 7.000 que podría procesar la moderna planta de Baracoa inaugurada en 2022.

La fábrica, no obstante, es uno de los detonantes de la crisis en el sector. Pese a la previsión inicial, tardó varios años en construirse

La fábrica, no obstante, es uno de los detonantes de la crisis en el sector. Pese a la previsión inicial, tardó varios años en construirse, un período durante el que los guajiros, que además sufrían impagos por parte del Estado y escasez de recursos, no dejaron de producir y las semillas de cacao se fueron acumulando. En esas condiciones, muchos optaron por vender sus cosechas a privados –principalmente mipymes y cuentapropistas autorizados por el Estado– que pagaban mejor y más rápido. 

También las empresas estatales, con materia prima estancada por años en sus almacenes, decidieron vender a los privados, una medida que criticó recientemente la prensa oficial en un largo reportaje en cuatro partes, en el que se cuestiona por qué, en lugar de exportar el producto –que se vende a altísimos precios en el mercado internacional–, se decidió entregarlo a los particulares. Asimismo, las autoridades baracoenses señalaron que fue un error permitir la aprobación de mipymes con el cacao como línea de producción.

Las empresas privadas compraron el producto pagando el doble que el Estado y evitaron que el cacao se pudriera en sus almacenes, pero, resuelto el problema, el Gobierno ha decidido que no puede perder un rubro que trae divisas al país y la creación de Baracocoa S.A. es claramente un primer paso en esa dirección. 

No obstante, la desconfianza de los guajiros podría seguir, como hasta ahora, pasándole factura al Estado. A muchos productores les cuesta creer que desaparecerán de golpe las promesas incumplidas, los precios bajos y los impagos. Como relató un campesino baracoense días atrás a Granma: “Yo cumplí con mi plan, pero de lo entregado solo me han pagado seis libras… ¿de qué estamos hablando?”.

Los privados, que habían montado negocios en torno al cacao con la autorización del Gobierno tampoco están contentos. Es el caso de El Choco, un campesino de Baracoa que, además de cultivar cacao y coco y criar animales, montó una minindustria con tostadoras, molinos, prensas y otros equipos rústicos donde procesa el cacao que le venden campesinos de la zona, pagándoles, asegura, a buen precio. 

Recientemente el Gobierno “desautorizó” el objeto social de varias empresas privadas, impidiéndoles continuar legalmente con la producción y venta de chocolate

Entrevistado por Granma, el cuentapropista asegura que tiene permiso –aunque vencido– para producir y que cumple con sus compromisos de entrega. Otros como él también invirtieron en infraestructura para elaborar derivados del cacao, algunos incluso en grandes cantidades, como los miembros de una mipyme chocolatera en Paso de Cuba, que destinaron más de medio millón de pesos a conseguir equipos y locales. 

Sin embargo, recientemente el Gobierno “desautorizó” el objeto social de sus empresas, impidiéndoles continuar legalmente con la producción y venta de chocolate. La medida dejó en el aire a más de seis mipymes y 100 trabajadores por cuenta propia con una sola pregunta: “¿Qué hacemos?”.

Proxenta, por su parte, es un grupo de inversión eslovaco que ha mostrado interés por instalarse en la Isla. En su sitio oficial promociona a Cuba como un mercado con potencial en América Latina debido a su carente “capacidad de producción”, que garantiza que todo lo que produzcan las empresas extranjeras se venderá “íntegramente en el mercado nacional”.

La eslovaca fundó en 2019 en Caibarién, Villa Clara, una compañía –Proxcor– que asegura que es la “primera empresa mixta eslovaca-cubana”, cuyo objetivo es también la producción de confitería y en la que tiene una participación mayoritaria del 51%. El contrato para su fundación con la Isla tiene un período de duración de 25 años.

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