Uno de los autores de 'Patria y Vida' recibe una orden de deportación de EE UU

Entrevista

"Mi vida peligra en Cuba", dice Eliexer Márquez 'El Funky'

“Tengo 30 días para abandonar el país o seré deportado”, escribió El Funky en sus redes sociales.
“Tengo 30 días para abandonar el país o seré deportado”, escribió El Funky en sus redes sociales. / Facebook/El Funky.
Luz Escobar / Yaiza Santos

09 de mayo 2025 - 18:53

Madrid/Eliexer Márquez El Funky, uno de los autores del himno de las protestas del 11 de julio de 2021, ganador de dos premios Grammy, perseguido en Cuba por sus canciones contestatarias y exiliado en Estados Unidos desde hace tres años y medio, tiene una orden de deportación. Lo anunció él mismo este jueves, con tres líneas publicadas en su muro de Facebook.

“Tengo 30 días para abandonar el país o seré deportado”, escribía el rapero, al tiempo que pedía apoyo “a todos los hermanos cubanos que conocen mi trayectoria anticomunista y a los congresistas de este país”. Tal y como explica a 14ymedio vía telefónica, EE UU le denegó la residencia por la condena de un año y tres meses de cárcel que cumplió en la Isla por tenencia de marihuana hace más de ocho años.

Ante las autoridades estadounidenses, no ocultó nunca esos antecedentes, sobre los que pidieron más detalles mientras tramitaba su residencia permanente acogiéndose a la Ley de Ajuste Cubano. Esto, reconoce, fue un error. “Yo tenía que haber pedido asilo político desde que llegué, pero confié en el abogado que me habían puesto”, cuenta El Funky sobre el letrado que le recomendó su colega y también coautor de Patria y Vida Yotuel Romero. El hombre era un profesional con trayectoria, dice, pero siempre estuvo en desacuerdo con él.

“Siempre le dije: hermano, mi caso es de asilo político, pero él se empeñó en la Ley de Ajuste”

“Siempre le dije: hermano, mi caso es de asilo político, pero él se empeñó en la Ley de Ajuste”. La decisión del abogado no carecía de lógica. Esa norma ha sido para los cubanos, desde que se aprobó, en 1996, la manera más rápida de obtener la residencia permanente en Estados Unidos –entre 10 y 35 meses, frente a los varios años que puede demorar la concesión de refugio–. Con una ventaja adicional: permite regresar a Cuba, algo vedado para el asilado político, so pena de perder su estatus y, por ende, su residencia.

Pero viajar a la Isla no es algo que pueda contemplar El Funky. “Sería un suicidio regresar, mi vida no vale nada en Cuba, eso lo sabe todo el mundo que conoce mi trayectoria”, dice el músico, que llegó a Estados Unidos en noviembre de 2021 con una invitación especial a la ceremonia de los Grammy Latinos, en la que Patria y Vida se coronó como mejor canción del año y mejor canción urbana.

“Eran dos visas de seis meses, una para mí y otra para Maykel, a Maykel no lo dejaron salir y a mí sí”, relata, haciendo referencia a su amigo Maykel Castillo Osorbo, que en ese momento ya llevaba medio año encarcelado y que acabaría siendo condenado a la pena de nueve años de prisión que sigue cumpliendo en Pinar del Río.

“Mi salida fue prácticamente un destierro, esa gente me llevó a mí hasta el aeropuerto”

El Funky prosigue, aludiendo a la Seguridad del Estado: “Mi salida fue prácticamente un destierro, esa gente me llevó a mí hasta el aeropuerto”. Con amenazas disfrazadas de parabienes: “Buen viaje, pero no vengas por ahora. Tú sabes que nosotros podemos hacerte un contenido que tú puedas cumplir hasta 20 años”.

Después de estrenarse Patria y Vida, en febrero de 2021, y convertirse de inmediato en un fenómeno social, el asedio del régimen contra El Funky y Osorbo, los autores que vivían dentro de la Isla –y también Luis Manuel Otero Alcántara, líder del Movimiento San Isidro, que también aparecía en el videoclip–, arreció. El Funky, en concreto, fue detenido en varias ocasiones, y en una de ellas le impusieron medidas cautelares para restringir su libertad de movimiento.

Por todo ello, ve la mano del régimen en la denegación de su residencia: “Estoy totalmente seguro”. La razón que esgrime es que en los antecedentes penales que llegaron desde la Isla, con la condena cumplida en 2017, ya no ponía “tenencia” sino “tráfico de drogas”. La sentencia, indica El Funky, “lo dice bien claro: fue por medio cigarrillo de marihuana. Yo cumplí un año y tres meses, y el tráfico en Cuba es de cinco años a diez. Te das cuenta que ahí se fabricó un delito, y más un caso como el mío”.

El rapero asevera que aquello también fue fabricado. “En 2016 ya andaba con Maykel haciendo música contestataria”, recuerda. “Ya a Maykel lo habían metido preso porque había hecho una canción contra Fidel [Por ti, señor]. En la sentencia se pueden leer las opiniones de los vecinos, mi buen comportamiento, que no era un delincuente, que yo nunca he tenido problema en el barrio, pero nada, había que buscar alguna manera de sacarme del carril”.

Confía en que su nuevo abogado pueda solucionar su caso para no ser deportado

Entiende, claro, que Estados Unidos, basándose en un antecedente de drogas, lo trate “como un criminal”, pero confía en que su nuevo abogado pueda solucionar su caso para no ser deportado. “Me están sacando una causa que yo cumplí en Cuba, y se sabe que esa dictadura me botó por todas mis acciones y mi activismo. Te tienes que dar cuenta de que eso es algo fabricado por la dictadura”, insiste. “Mi vida peligra en Cuba”.

El artista asegura que nunca se demoró en realizar ningún trámite migratorio en Estados Unidos para tener al día su situación. “Desde que yo llegué empecé a trabajar con ese abogado, pero todo se fue atrasando, atrasando y atrasando”. Este mismo año, refiere, fue que le hicieron la entrevista y empezaron a pedirle más documentos.

También detalla su vida en Miami más como Eliexer Márquez que como El Funky, trabajando como encargado del mantenimiento en una escuela primaria a diez minutos de su casa. “Soy cabeza de una familia, estoy casado con una ciudadana americana, que tiene una niña. Tengo permiso de trabajo, seguro social, licencia de conducción, todos mis papeles al día, ninguno vencido. No tengo ningún antecedente aquí, nunca he cometido una falta, ni de tráfico ni de nada, estoy limpio. De hecho, para el trabajo en la escuela, con niños, que es súper delicado, me tuvieron que hacer una investigación en profundidad para saber quién era yo”. 

Atrapado entre una dictadura que lo encarcelaría de inmediato y una sociedad legalista más xenófoba que nunca, el caso de Márquez recuerda a aquella “escoria de la tierra” de la Europa de 1940 definida por Arthur Koestler: perseguidos en Alemania por judíos y en Francia por faltarles algún papel. Muy lejos de la música o los escenarios, no obstante, su letra en Patria y Vida sigue resonando: “Ya ustedes están sobrando, ya no les queda nada, ya se van bajando, el pueblo se cansó de estar aguantando, un nuevo amanecer estamos esperando”.

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