A Colombia le interesa "abrirse" al programa alfabetizador de Fidel Castro
Varios funcionarios colombianos de Educación viajaron a La Habana para valorar la implementación de 'Yo, sí puedo' en el país
La Habana/Cuando parecía que los programas “internacionalistas” del régimen cubano habían perdido fuerza en Latinoamérica, el Gobierno de Colombia, afín a La Habana, anunció que planea implementar el programa educativo Yo, sí puedo. La iniciativa, creada a petición de Fidel Castro hace 24 años, está dirigida a alfabetizar a personas de todas las edades, aunque Bogotá prestó especial interés a la enseñanza para niños y adolescentes.
Al menos desde finales de 2024 la prensa oficial de la Isla ha estado informando del deseo de Colombia de “abrirse” nuevamente –ha habido colaboraciones previas– a las “misiones” educativas de la Isla. Recientemente, varios funcionarios de ese país viajaron a La Habana en lo que pareció el último paso para cerrar el trato entre los Gobiernos de Gustavo Petro y Miguel Díaz-Canel.
Visitaron la Isla entre el 19 y el 21 de marzo la viceministra colombiana de Educación Preescolar, Básica y Media, Gloria Carrasco, junto a la directora de Calidad, Solman Díaz, y la subdirectora de Permanencia, Andrea Cely. En Cuba, las autoridades se encargaron de mostrarles “diversos establecimientos de enseñanza con el objetivo de replicar las estrategias que les fueron expuestas”. Aunque en la lista de centros visitados probablemente no estaban la mayoría de escuelas que se caen a pedazos en la capital.
“La agenda (...) se centró en la experiencia cubana en atención a la primera infancia, programas de educación inclusiva, alfabetización, docencia integral con deporte, recreación física y cultura, así como en la evaluación formativa en el currículo oficial”, apunta la prensa cubana.
La Habana presentó a las funcionarias sus programas 'Educa a tu hijo', que lleva años andando en la Isla
La Habana presentó a las funcionarias sus programas Educa a tu hijo, que lleva años andando en la Isla, y Casitas Infantiles, uno de reciente fundación –en 2024– que se enfoca en crear espacios alternativos a los círculos infantiles para padres trabajadores de empresas que puedan emplear fondos en el cuidado de sus hijos.
Colombia cerró el trato para implementar Yo, sí puedo, “entre otros acuerdos” que no detalla la prensa. Además, solicitó a Cuba el “acompañamiento en los procesos de evaluación formativa y la ejecución de cursos cortos y pasantías para formación de docentes y directivos”, aunque se omite si este plan implica, como ha ocurrido con otros países, el envío de docentes cubanos a Colombia.
Bogotá no había participado del programa Yo, sí puedo desde que en 2015 aprobó su implementación en el departamento de El Cesar –antes lo había hecho en Boyacá–, cuando aseguró que 5.000 colombianos “aprendieron a leer y escribir gracias a la técnica de esta iniciativa para alfabetizar a adultos” y a los profesores enviados por la Isla.
Yo, sí puedo también llegó a Honduras en 2023 y la presencia de los maestros cubanos fue criticada duramente por la prensa local. Cada uno de los 123 docentes cobraba unos 406 dólares al mes, dijo entonces El Heraldo en un artículo en el que revelaba varios de los secretos mejor guardados del régimen cubano cuando se trata de vender sus servicios profesionales a otros países.
El diario afirmaba haber accedido al convenio, firmado entre La Habana y Tegucigalpa el 21 de octubre de 2022
El diario afirmaba haber accedido al convenio, firmado entre La Habana y Tegucigalpa el 21 de octubre de 2022, y señaló que el importe destinado a cada profesional era de 10.000 lempiras mensuales y un total de 14,7 millones anuales (más de medio millón de dólares al cambio del momento). El importe total, para los tres años pactados inicialmente era de 40 millones de lempiras (1,6 millones de dólares).
El plan, aprobado por el Gobierno de Xiomara Castro, otra amiga de La Habana, pretendía alfabetizar a 700.000 hondureños. En el artículo, el medio también criticó que esos fondos fueran destinados a contratar maestros extranjeros cuando pudieron destinarse a emplear a decenas de profesores de ese país que se encontraban sin trabajo.
Un caso similar fue el de México, que adoptó el programa en 2003 en Michoacán. Entonces, el gobernador del estado aseguró que el costo total ascendía a 12.000.000 de pesos mexicanos (588.180 dólares), pero una investigación posterior realizada por el diario El Universal, reveló que el gasto había ascendido a 100.000.000 de pesos (4.901.500) y los resultados “no fueron los esperados”.
A finales de 2024, no obstante, México volvió a mostrar interés en Yo, sí puedo para alfabetizar a más de 512.000 personas.