El Gobierno israelí aprueba la ocupación de la ciudad de Gaza y el "control de seguridad" del enclave
Palestina
La oposición dice que esta decisión "provocará la muerte de los secuestrados y de muchos soldados, costará decenas de miles de millones a los contribuyentes israelíes y conducirá al colapso político"
Jeruslén / Londres / Ginebra/El gabinete de seguridad del Gobierno israelí, órgano que decide sobre la ofensiva en Gaza, aprobó esta madrugada un plan que incluye tomar Ciudad de Gaza y desplazar a su millón de habitantes, después de que el primer ministro, Benjamín Netanyahu, anunciara que su intención es ocupar todo el enclave palestino.
En un comunicado emitido tras diez horas de reunión del gabinete, el Gobierno israelí informó de que había aprobado "la propuesta del primer ministro para derrotar a Hamás", sin concretar los detalles del plan. Añadió que el Ejército "se prepara para hacerse con el control de Ciudad de Gaza", una localidad de un millón de habitantes –la mitad de la población del enclave– ubicada en el norte de la Franja.
Horas antes de la reunión, Netanyahu avanzó a la cadena estadounidense Fox News que su objetivo era ocupar todo el territorio de Gaza, pero que no pretende quedárselo ni gobernarlo, sino mantener un "perímetro de seguridad".
Horas antes de la reunión, Netanyahu avanzó a la cadena estadounidense Fox News que su objetivo era ocupar todo el territorio de Gaza, pero que no pretende quedárselo ni gobernarlo
Varios medios israelíes, como el muy leído Yedioth Ahronoth, afirman que lo que se aprobó fue la ocupación total de la Franja y que la operación comenzará con Ciudad de Gaza, cuyos habitantes serán desplazados al sur antes del 7 de octubre, segundo aniversario de los ataques de Hamás en Israel que dieron pie a la guerra.
En el comunicado del Gobierno también se explica que se aprobaron "cinco principios para el fin de la guerra", entre los que figuran dos líneas rojas para Hamás en las infructuosas negociaciones para un alto el fuego con Israel: su desarme y la retirada del Ejército israelí de Gaza.
Hamás siempre mantuvo que no aceptaría deponer las armas y pidió a Israel que sus tropas se retiraran de la Franja, algo que el Gobierno dejó claro este viernes que no está dispuesto a hacer.
A los principios de "desarme de Hamás", "desmilitarización de la Franja de Gaza" y "control israelí de la seguridad de la Franja de Gaza", se añade un cuarto para el fin de la ofensiva, que Netanyahu no ha dejado de defender: la vuelta de todos los rehenes de Hamás que quedan en el enclave (20 vivos y 30 muertos).
El quinto principio para concluir la ofensiva aprobado por el Gobierno de Netanyahu es "el establecimiento de una administración civil alternativa que no sea ni Hamás ni la Autoridad Palestina". En los últimos meses, uno de los escenarios puestos encima de la mesa para la administración de la devastada Gaza una vez acabada la guerra es que la gobierne una organización de la que forme parte la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que gobierna en zonas limitadas de Cisjordania ocupada.
Sin embargo, con este punto Israel insiste en que no quiere que el Ejecutivo de Mahmud Abás forme parte de esa futura administración. Netanyahu afirmó en su entrevista antes de la reunión del gabinete que quiere entregar Gaza a "fuerzas árabes que la gobiernen" sin amenazar a Israel.
El gabinete israelí tomó la decisión a pesar de la opinión en contra del jefe del Ejército israelí, Eyal Zamir, quien antes de la reunión ya dijo que continuará expresando su opinión "sin miedo".
El gabinete israelí tomó la decisión a pesar de la opinión en contra del jefe del Ejército israelí, Eyal Zamir, quien antes de la reunión ya dijo que continuará expresando su opinión "sin miedo"
Durante la misma, según varios medios israelíes, presentó un plan alternativo a ocupar Gaza que consiste en rodear sus ciudades y campos de refugiados y hacer incursiones puntuales, y afirmó que entrar por tierra en zonas donde hay rehenes podría poner en peligro sus vidas.
Zamir llegó incluso a sugerir, dicen estos medios, que el Gobierno quitara de los objetivos de la guerra el punto sobre el regreso de los rehenes.
En el comunicado del Gobierno se indica que una "mayoría" de ministros –no hubo unanimidad– consideraron que el plan alternativo presentado por Zamir "no conseguiría ni la derrota de Hamás, ni la vuelta de los rehenes".
El líder de la oposición israelí, Yair Lapid, ha considerado que la decisión "es un desastre que conducirá a muchos más desastres".
Lapid afirma en su cuenta de X que la decisión del Ejecutivo israelí está "en completa contradicción con la opinión del Ejército y de los funcionarios de seguridad" y que no tiene en cuenta "el desgaste y el agotamiento de las fuerzas combatientes".
El líder de la oposición opina que los dos ministros ultranacionalistas y colonos israelíes –el de Finanzas, Bezalel Smotrich, y el de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir– han arrastrado al primer ministro, Benjamín Netanyahu, a una decisión que "llevará meses" y "conducirá a la muerte de los rehenes y de muchos soldados".
Además, asegura que este plan "costará a los contribuyentes israelíes decenas de miles de millones y conducirá a un colapso político".
"Esto es exactamente lo que Hamás quería: que Israel quedara atrapado en un territorio sin objetivo, sin definir el panorama para el día siguiente, en una ocupación inútil que nadie entiende a dónde conduce", asegura.
Por su parte, una de las principales figuras de la oposición, el derechista secular Avigdor Liberman, dijo en su cuenta de X que la decisión del gabinete "demuestra que se están tomando decisiones de vida o muerte en oposición a las consideraciones de seguridad y los objetivos de la guerra".
"Demuestra que se están tomando decisiones de vida o muerte en oposición a las consideraciones de seguridad y los objetivos de la guerra"
Mientras, el líder de la izquierda, Yair Golan, dijo a la radio del Ejército que el plan será un "desastre durante generaciones". "Nuestros hijos y nietos seguirán patrullando los callejones de Gaza, pagaremos miles de millones a lo largo de los años, y todo esto por motivos de supervivencia política y visiones mesiánicas", denunció.
Las familias de los rehenes también consideran una "imprudencia" los planes del Gobierno y han vuelto a exigir un acuerdo con Hamás para liberar a sus seres queridos.
"Nuestro Gobierno nos está llevando hacia una catástrofe colosal para los rehenes y para nuestros soldados. El gabinete (de seguridad) decidió anoche embarcarse en una nueva marcha de la imprudencia sobre las espaldas de los rehenes, los soldados y la sociedad israelí", dijo el Foro de Familias de Rehenes y Desaparecidos en un comunicado.
El grupo, que representa a la mayoría de los familiares de los secuestrados, dijo que buscar la ocupación de la Franja de Gaza significa abandonar a los rehenes, así como ignorar los avisos de la cúpula militar y la voluntad de la ciudadanía israelí.
"Al elegir la escalada militar en lugar de la negociación, estamos dejando a nuestros seres queridos a merced de Hamás, una malvada organización terrorista que sistemáticamente mata de hambre y abusa de los rehenes", denunció el Foro.
La reacción internacional también ha sido contraria a las medidas de Netanyahu. El alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, advirtió de que los planes de "ocupación militar total" deben "detenerse de inmediato", ya que violarían el derecho internacional y podrían causar más muertes y desplazamiento forzado.
"Van en contra del fallo de la Corte Internacional de Justicia en el que se establece que Israel debe poner fin a su ocupación lo antes posible, así como contra la solución acordada de dos Estados y contra el derecho del pueblo palestino a la autodeterminación", subrayó el alto comisionado austríaco en un comunicado este viernes.
La puesta en marcha de este plan por parte de Israel provocaría "más sufrimiento insoportable, destrucción sin sentido", y la comisión de crímenes de guerra y lesa humanidad, agregó Türk.
El jefe de derechos humanos de Naciones Unidas aseguró que, en lugar de intensificar esta guerra, "el Gobierno israelí debería dedicar todos sus esfuerzos a salvar las vidas de los civiles de Gaza, permitiendo el flujo total y sin trabas de ayuda humanitaria".
"La guerra en Gaza debe terminar ya, e israelíes y palestinos deben poder vivir uno al lado del otro en paz", concluyó el alto comisionado, quien reiteró su llamamiento a la liberación de rehenes en manos de Hamás y a los detenidos arbitrariamente por Israel.
"La guerra en Gaza debe terminar ya, e israelíes y palestinos deben poder vivir uno al lado del otro en paz", concluyó el alto comisionado, quien reiteró su llamamiento a la liberación de rehenes
También se ha pronunciado el primer ministro británico, Keir Starmer, que consideró "errónea" la decisión israelí y pidió que "reconsidere de inmediato" la medida. "Esta acción no contribuirá en nada a poner fin a este conflicto ni a garantizar la liberación de los rehenes. Solo provocará más derramamiento de sangre", señaló Starmer en un comunicado divulgado hoy por su residencia oficial del 10 de Downing Street.
"Cada día que pasa, la crisis humanitaria en Gaza se agrava y los rehenes tomados por Hamás se encuentran retenidos en condiciones atroces e inhumanas. Lo que necesitamos es un alto el fuego, un aumento de la ayuda humanitaria, la liberación de todos los rehenes retenidos por Hamás y una solución negociada. Hamás no puede influir en el futuro de Gaza y debe abandonar el país, además de desarmarse", añadió el líder laborista en su comunicado.
El Reino Unido, junto con sus aliados, está trabajando en un plan a largo plazo para asegurar la paz en la región como parte de una solución de dos Estados y, en última instancia, lograr un futuro mejor para palestinos e israelíes, insitió.
"Pero sin que ambas partes participen de buena fe en las negociaciones, esa perspectiva se desvanece ante nuestros ojos. Nuestro mensaje es claro: una solución diplomática es posible, pero ambas partes deben alejarse del camino de la destrucción".