“No vamos a ser como Cuba”, promete un ministro hondureño adoctrinado en la Isla
Convenios
Los programas de enseñanza exportados por La Habana despiertan sospechas de manipulación ideológica
La Habana/Honduras y Colombia abren de par en par las puertas a programas cubanos de “alfabetización”, justo cuando voces locales alertan sobre adoctrinamiento ideológico y opacidad en los convenios. El propio secretario de Estado de Ciencia, Tecnología e Innovación de Honduras, Luther Castillo Harry, se burló de quienes critican al Gobierno por “convertir al país en Cuba”.
Castillo Harry defendió el llamado “Polo Científico Cubano” y relativizó la miseria que se observa en la Isla. “Esas mismas condiciones se encuentran en Honduras y en cualquier país latinoamericano en vías de desarrollo”, aseguró. También presumió que Cuba creó “cinco vacunas” con las que inmunizó gratuitamente a su población, sin mencionar que el país tuvo una de las tasas brutas de mortalidad más altas de la región durante la pandemia de covid-19. El ministro atribuyó todas las penurias de los cubanos al “inhumano bloqueo genocida” y, como remate, cerró su discurso con el puño en alto: “¡Hasta la victoria siempre, compañeros y compañeras!”.
En 2024 llegó a declarar a la prensa de su país que “Cuba es el faro que clarea el camino al mundo”
Médico garífuna y actual funcionario del Ejecutivo hondureño, Castillo Harry mantiene una estrecha y pública relación con Cuba desde 1999. Ese año inició su formación en la Escuela Latinoamericana de Medicina, en La Habana, y desde entonces ha mantenido plena sintonía política con el régimen, con constantes elogios a la Revolución. Ha sido entrevistado en la Mesa Redonda y en otros medios oficialistas, donde ha defendido con fervor militante la cooperación médica cubana. En 2024 llegó a declarar a la prensa de su país que “Cuba es el faro que clarea el camino al mundo”. Ya en el cargo, ha impulsado sin descanso acuerdos bilaterales para facilitar la entrada a Honduras de más “misiones” procedentes de la Isla.
En 2023, el diario hondureño El Heraldo reveló el convenio de alfabetización firmado con La Habana: 123 docentes cubanos a 10.000 lempiras mensuales (cerca de 400 dólares), por un monto que superaba los 14,7 millones anuales (más de medio millón de dólares). El periódico recogió además el temor de que el plan incluyera “adoctrinamiento ideológico” y “proselitismo político” en las aulas hondureñas. A ello se suman las denuncias internacionales de “esclavitud moderna” que pesan sobre los profesionales exportados por el régimen.
El mito de la Isla como referencia pedagógica no se sostiene en resultados concretos
Mientras en Tegucigalpa se defienden las brigadas cubanas con consignas castristas, en Colombia se les extiende también una alfombra roja. A la capital del departamento de Magdalena llegó una comisión encabezada por la directora nacional de Educación para Adultos y Jóvenes del Ministerio de Educación de Cuba, Maura Tomasén Leon, y por la doctora en Ciencias Pedagógicas Aida Terrero Lafita, con la meta de alfabetizar a 30.000 adultos mayores.
El objetivo, según los organizadores, es “fortalecer” la fase 2 del programa Yo Sí Cambio, Todos Alfabetizados. El recibimiento fue entusiasta: “un país potencia mundial en educación”, proclamó la administración local sobre Cuba. Sin embargo, el mito de la Isla como referencia pedagógica no se sostiene en resultados concretos.
Ninguna universidad cubana apareció en el célebre ranking de Shanghái
La página del Academic Ranking of World Universities (ARWU) publicó este agosto su lista de las 1.000 mejores universidades del planeta, seleccionadas tras evaluar más de 2.500 instituciones con indicadores objetivos como premios Nobel, investigadores altamente citados, publicaciones en Nature y Science y rendimiento académico per cápita. En la lista figuraron 18 universidades de Brasil, cuatro de Chile, dos de México, dos de Argentina e incluso una de Colombia. Ninguna cubana apareció en el célebre ranking de Shanghái.
El Gobierno departamental colombiano presume de “aprender” del modelo educativo de la Isla, pero los medios locales y la oposición reclaman controles de contenido, transparencia en los contratos y garantías contra el sectarismo en las aulas. No se trata de rechazar la alfabetización, advierten, sino de impedir que ingresen a las escuelas paquetes cerrados de pedagogía estatalizada que, según los críticos, incluyen manuales, tutores y narrativa política de exportación.