A pocas millas de dos epidemias estadounidenses, Cuba mantiene el sarampión a raya, pero no la obesidad

Madrid/El doctor Francisco Durán García, director nacional de Epidemiología, asiste todos los miércoles al noticiero para actualizar la situación del país, pero esta semana, no tenía datos alarmantes que comentar: el oropouche está bajo control, aunque circula por siete provincias, y lo mismo ocurre con el dengue, que tiene en torno a 2.500 personas ingresadas en tres provincias, pero solo un caso grave, en Sancti Spíritus. La preocupación, en este caso, está al otro lado de la frontera, con el grave brote de sarampión que afecta a EE UU. 

El sarampión, una de las enfermedades más contagiosas del mundo, se está extendiendo por nueve estados y ya hay más de 200 casos. La mayoría de los afectados eran personas sin vacunar y, lo más grave, tras el fallecimiento este jueves de un adulto en Nuevo México, ya son dos los muertos que deja.

En ese estado hay diez personas contagiadas, todas menores de 17 años, de las que siete no estaban vacunadas, mientras que probablemente el resto tampoco, ya que no consta su historial. 

En ese estado hay diez personas contagiadas, todas menores de 17 años, de las que siete no estaban vacunadas, mientras que probablemente el resto tampoco, ya que no consta su historial

Hasta ahora, se han reportado a los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) casos de sarampión en Alaska, California, Georgia, Kentucky, Nueva Jersey, Nuevo México, Nueva York, Rhode Island y Texas. En este último, se produjo la pasada semana el primer caso con resultado mortal de los últimos 30 años y de los últimos 10 en todo el país.  

El Departamento de Salud de Nuevo México tuvo que recordar que la única forma para evitar el sarampión es la vacunación, e instó a los residentes a protegerse a sí mismos y a sus familias. En EE UU ha surgido un movimiento antivacunas que gana fuerza, con más de 20 proyectos de ley actualmente en consideración para aligerar las regulaciones que existen en esta materia. 

El panorama es tal, que el propio secretario de Salud y Servicios Humanos, Robert F. Kennedy Jr., conocido por sus posturas antivacunas, ha pedido a la población que se inyecte la triple vírica, aunque no ha dejado de recomendar algunos productos inútiles para evitar la enfermedad, como la vitamina A, lo que ha hecho saltar las alarmas entre los científicos.

Francisco Durán recordó en el noticiero que el sarampión está erradicado en Cuba desde 1993, siete años antes que en EE UU, e instó a los ciudadanos a no fallar en el control. “Para prevenirla se pone una vacuna al año de edad y a los seis años, que es una vacuna que es triple. Se llama la triple viral porque tiene la parotiditis, la rubéola y el sarampión, que son tres enfermedades eliminadas de nuestro país. Yo aprovecho, como siempre, para insistir en que las madres estén atentas”, destacó.

El espacio no abordó, en cambio, un asunto que ha ocupado la atención internacional esta semana, cuando se ha publicado el Atlas de la Obesidad Mundial 2025, que deja datos para la reflexión de las autoridades de la Isla. 

En medio de una grave inseguridad alimentaria, el número de cubanos con obesidad alcanzó el 24% y se calcula que aumentará para 2030. Además, peor aún –en cifras– es el sobrepeso, que afectará a la mitad de la población, unos 5,53 millones, según las cuentas de la Federación Mundial de Obesidad. 

El sobrepeso es, en Cuba, mayor a la media mundial, aunque está por debajo de los registros del continente, que tiene números alarmantes tanto en países muy ricos, como EE UU –uno de los peores del mundo– como en los muy pobres, como Haití. No obstante, los datos de la Isla son inquietantes. 

El sobrepeso es, en Cuba, mayor a la media mundial, aunque está por debajo de los registros del continente, que tiene números alarmantes tanto en países muy ricos como muy pobres

Los cubanos tienen entre un 60% y un 80% de probabilidades de sufrir sobrepeso a lo largo de su vida adulta y el empeoramiento está a la vista. En 2030, 2,95 millones de mujeres y 2,58 millones de hombres en Cuba tendrán sobrepeso u obesidad, frente a los 2,39 y 2,06 millones que entraban en esa categoría en 2015.

Las posibilidades de ser obeso en Cuba son, eso sí, menores. Menos del 10% entre los hombres y entre un 10% y un 20% en el caso de las mujeres. 

El atlas indica que en 2021 se registraron en la Isla 3.594 muertes vinculadas al sobrepeso y la obesidad, principalmente por enfermedades cardiovasculares y distintos tipos de cáncer. Además, hubo 114.248 personas que sufrieron problemas de salud relacionados con un índice de masa corporal (IMC) elevado, entre las que destaca con diferencia la diabetes de tipo 2 (que afecta a casi la mitad).

El estudio determinó que el consumo de bebidas azucaradas es elevado en la Isla, con entre 1 y 2,5 litros por persona a la semana. Además, hay escasa actividad física. La organización alerta al Estado por su dejadez en el caso: en los últimos cinco años no se han hecho encuestas sobre la obesidad y el sobrepeso, dietas insanas o actividad física. Tampoco ha tomado medidas para gravar las bebidas azucaradas. 

La dieta cubana está muy condicionada por la escasez y encarecimiento de los productos frescos como frutas y verduras, pero también por una escasa educación alimentaria y falta de medidas que favorezcan el consumo de los alimentos más saludables posibles. En cambio, para intentar saciar a la población, se invierte y/o subvenciona productos procesados, con azúcares –o carbohidratos que los liberan–, que empeoran la salud.

“Más personas mueren debido a la obesidad que en accidentes de tráfico cada año”, dijo el presidente de la Federación Mundial de Obesidad este lunes al presentar el informe. Una epidemia a la que se presta menos atención de la necesaria.