Aumenta el tráfico de 'químico' en La Habana: la Policía detecta 74 "ambientes complejos"
Drogas
El vocero Humberto López pregunta al Ministerio del Interior "por qué no acaba" el problema
La Habana/El químico llega a Cuba en culeros desechables, bombillos ahorradores o falsos fondos de maletas, y sobre todo procedente de México. Lo traen los emigrados cubanos que viven en ese país y llegan a la Isla de visita, o con el propósito de “introducir drogas y sacar personas”, una frase enigmática que el Ministerio del Interior lanzó –sin explicarla– en el programa oficialista Hacemos Cuba.
Un exaltado Humberto López formuló la pregunta que ninguno de sus invitados hubiera querido escuchar: “Si se está haciendo tanto, ¿por qué tenemos drogas y por qué tenemos a menores de edad involucrados en esta lamentable práctica?”.
En pleno ejercicio contra narcóticos –que ha durado de enero a mayo, en varias operaciones–, el Ministerio del Interior proporcionó a Televisión Cubana algunos datos preliminares vinculados con La Habana. Hay 342 personas acusadas de tráfico y consumo de drogas, y la mayoría está en prisión provisional. Cuentan con 810 expedientes abiertos por la Fiscalía General de la República relacionados con estos delitos, que se cometen en los 74 “ambientes complejos” de la capital.
“¿Hay algo que se está haciendo diferente o mejor para que los resultados no sean los mismos?”, clamó el vocero oficialista. El coronel Héctor González Hernández, segundo jefe de la sección antidrogas del Ministerio del Interior, respondió que sí.
“¿Hay algo que se está haciendo diferente o mejor para que los resultados no sean los mismos?”
Que el consumo de químico ha alcanzado un calibre alarmante entre menores de edad lo confirma la presencia de los otros dos invitados: la psiquiatra Elizabeth Céspedes, directora del Centro de Deshabituación del Adolescente –una institución que ha ganado notoriedad mediática a medida que ha empeorado la situación con la droga–, y Lien O'Farrill, encargado ministerial de la Educación Media Superior en el país.
El Ministerio del Interior ha ido perfeccionando sus métodos, aseguró González, pero los traficantes también. Con énfasis en lo visual, el coronel mostró imágenes de toda la variedad de soportes en los que se esconde hoy día el químico. El papelito –el narcótico adherido a la superficie en blanco o impresa de cualquier papel–, es la forma más común en la que entra la droga.
López alegó que su equipo de trabajo le pidió preguntar al Ministerio si era verdad que en Cuba circulaba un químico “más potente” –“la nueva”– que al que estaban habituados los cubanos, en referencia a la información que, hace varias semanas, publicó la prensa oficial de Sancti Spíritus. Se había denunciado entonces la existencia de un cannabinoide sintético cuya mezcla con otras sustancias lo hacía mucho más potente que la variante en circulación. El reportaje de Escambray incluía fotografías del producto y testimonios de consumidores, pero González negó terminantemente que hubiera cambios notables en la composición de la droga.
A grandes rasgos, resumió, el químico sigue siendo “un cannabinoide sintético hecho en laboratorios clandestinos en el exterior, fundamentalmente en Estados Unidos”. No obstante, admitió que entre las 400 “formulaciones” que tienen detectadas, alguna podría haber “más fuerte”.
En Centro Habana “existe droga y todo el mundo lo sabe y ha existido por años”
La Habana sigue siendo el lugar donde el químico más se consume y trafica. En Centro Habana, uno de los “focos complejos” detectados por el Ministerio del Interior, “existe droga y todo el mundo lo sabe y ha existido por años”, admitió López. En ese lugar, específicamente en el barrio de Colón, se realizó un reciente “barriodebate” cuya rutina el vocero detalló. El evento se prolonga durante todo el día y, como preludio “activo”, la Policía localiza y arresta a traficantes reconocidos del barrio.
Luego –a juzgar por las imágenes–, presididos por un retrato de Fidel Castro y banderas de los CDR y el Partido Comunista, algunos ex adictos ofrecen testimonios de las consecuencias que ha tenido el consumo de droga para ellos y sus familias. Los encuentros tienen una fuerte vigilancia policial y el propio López ha estado presente en ellos, así como directivos del Centro de Deshabituación del Adolescente.
En la mira de la Policía hay ocho zonas especiales: Sierra y Buenavista, en el municipio de Playa; Zamora-Cocosolo en Marianao; El Palenque, en La Lisa; Altahabana, en Boyeros; Jesús María, en La Habana Vieja; Diezmero, en San Miguel del Padrón; y El Canal, en Cerro. Es la geografía del químico en la capital.