En el malecón de Cienfuegos, los grafitis reflejan la rebeldía y la nostalgia
Las puntadas, adjudicadas a un grupo de turistas, han escandalizado a algunos y generado expectación en otros
Cienfuegos/Un malecón no es solo un muro frente al mar. Necesita gente, ajetreo y alguna que otra diversión. En Cienfuegos, el banco más largo de la ciudad ha ido perdiendo poco a poco parte de lo que atraía a residentes y turistas a pasar en el lugar un rato frente a las olas. Carente de luminarias, con huecos en las aceras y con la prohibición expresa de pescar en la zona, poco queda de su antiguo trasiego.
La reciente aparición de tres grafitis en el muro del malecón ha vuelto a poner en el centro de las conversaciones a esta área de esparcimiento que comienza en el paseo del Prado y termina en Punta Gorda. Las puntadas, adjudicadas a un grupo de turistas, han escandalizado a algunos y generado expectación en otros, aunque en todos los casos han motivado un debate sobre el panorama marítimo más espectacular de la ciudad.
Con el título de El arte del grafiti o el vandalismo escudado en el arte, un perfil vinculado al oficialismo criticó la "baja calidad" de las pinturas hechas por viajeros que "se marchan y nos dejan su desagradable propuesta". La página Las Cosas de Fernanda catalogó de "agresión visual" y "vandalismo" las pintadas aparecidas en varios puntos de Cienfuegos, especialmente en el malecón y en fachadas del centro histórico.
La arremetida ha desatado una ola de opiniones a favor y en contra de los grafitis pero también ha puesto el dedo en una llaga dolorosa para los cienfuegueros. "Lo que deberían es ocuparse de arreglar el muro descascarado y el piso agujereado por donde quiera", se quejaba este lunes Darío, de 48 años, un vendedor ambulante de golosinas que hace el periplo del litoral varias veces al día.
"También hace falta que le pongan bombillos de calidad al alumbrado público porque hay unos pocos de baja potencia y esto en la noche se queda en penumbras", se queja el comerciante, que cuenta a 14ymedio los tiempos de su juventud en que muchas veces amanecía sobre el muro frente al mar. "Hacer eso, ahora mismo, es peligroso porque hay mucha oscuridad y la gente evita venir cuando cae el sol".
Para Darío, una de las mayores pérdidas que ha sufrido el malecón es la prohibición a los pescadores que hagan sus faenas en esa parte de la costa. "Desde que implementaron la nueva Ley de Pesca prohibieron que vinieran aquí con su caña, sus carnadas y sus anzuelos", explica. Sin esas figuras que se apostaban a lo largo del muro, el vendedor ambulante opina que se ha perdido parte de la esencia del paseo marítimo.
A la prohibición de pescar en el malecón también se une el deterioro de la bahía de Cienfuegos, uno de los más importantes enclaves industriales de la Isla donde convergen las instalaciones del puerto, la refinería y otras naves industriales con cuantiosos residuos. "Los desechos industriales y las fosas albañales se vierten en estas aguas así que están bastante sucias", añade el comerciante.
Los tres grafitis que están ubicados en el malecón parecen el menor de los problemas para los cienfuegueros. Las pintadas están concentradas en apenas dos cuadras, desde la edificación que ocupa el Centro Provincial de Higiene hasta la sede de la emisora Radio Ciudad del Mar. "No hay cestos para echar la basura y las plantas que sembraron en esta parte están secas porque la Empresa de Servicios Comunales no se ocupa de atenderlas", apunta otro vecino asiduo del malecón.
"Se ha vuelto un lugar peligroso de noche porque viene gente a consumir alcohol y hasta drogas sin que la Policía haga nada", argumenta. El residente en las cercanías achaca esas actividades a la falta de alternativas recreativas que padecen los jóvenes en la ciudad de Cienfuegos. La cercana Plaza Cultural apenas tiene un par de eventos en la cartelera cada mes, los precios de una cafetería o un bar resultan impagables para la mayoría y los largos apagones conspiran contra cualquier programación artística.
"Hasta este lugar llegaba gente con guitarras y había un buen ambiente, según me han contado mis padres", explica a este diario Mailén, de 21 años, que con frecuencia se acerca al malecón para ver a un grupo de patinadores. "Es de lo poco que queda para entretenerse porque está ciudad está casi muerta en ofertas para los jóvenes". La muchacha ha interpretado las pintadas como un acto de rebeldía ante la situación de la zona.
Con el ceño fruncido, uno de los rostros pintados sobre el muro es explicado, libremente, por Mailén. "Ese parece que tiene hambre o que está molesto porque no hay corriente", especula. "Aquel de la gorra y la cara roja me recuerda a un policía que vigila a quien no está cometiendo ningún delito, mientras se hace de la vista gorda con lo que realmente pasa aquí", sigue interpretando las formas y sus colores.
En el malecón de los sueños de Mailén hay "grafitis, vendedores con muchas ofertas, pescadores y mucha gente joven divirtiéndose". Este último deseo es bastante improbable. Cienfuegos es una de las provincias cubanas con mayor índice de envejecimiento poblacional. El porcentaje de personas de 60 años y más es del 24,9% en su territorio, por encima de la media nacional que es del 24,4%.