El Ministerio de Agricultura devuelve a la familia Ruiz Urquiola los animales confiscados
Otra vaca y una burra que desaparecieron en febrero no han sido devueltos
La Habana/La vaca Natividad y su cría Nacho, que habían sido robadas de la finca familiar de los opositores Ariel y Omara Ruiz Urquiola en Pinar del Río, fueron devueltos este jueves. Los animales, aseguraron los activistas residentes en el exterior, fueron hurtados por las autoridades del Ministerio de la Agricultura con ayuda de un guajiro vecino. Otra vaca y una burra también desaparecieron en febrero y todavía no han sido devueltos a la familia.
El revuelo en redes sociales por el robo de los animales a la madre de los activistas, que atiende la finca El Infierno en el municipio de Viñales, parece ser lo que motivó la devolución. Según publicó la página de la granja en Facebook, “el abuso descarnado contra Isabel [la madre de los activistas], y el cúmulo de atropellos sufridos por la familia Urquiola, causados por las instituciones plegadas al aparato represivo del Gobierno cubano, han movilizado a la opinión pública y se consiguió que Natividad y su hijo Nacho estén en su casa”.
El texto describe los “ataques” que sufre la familia desde noviembre, cuando –alega– los funcionarios de Agricultura amenazaron a la mujer con vender forzosamente a los animales y destruir la casa. “El 21 de febrero se llevaron a Rita, una vaquita preñada, y a Guana, una burrita vieja”, que todavía no han devuelto añade.
En cuanto al hurto más reciente, Ariel Ruiz Urquiola explicó en redes sociales que se hizo "aprovechando la noche y rompiendo cercas"
En cuanto al hurto más reciente, Ariel Ruiz Urquiola explicó en redes sociales que se hizo “aprovechando la noche y rompiendo cercas para que aparecieran en la finca de Dopico”, un campesino que, asegura, está en contubernio con Agricultura. “El chivato hizo lo previsto, llamó al sicario Carlos Fleitas”, un directivo de Agricultura en el municipio, para que se llevara a los animales que supuestamente habían entrado en su terreno.
La tarde del miércoles, según publicó la finca en Facebook, Isabel Urquiola recibió una llamada del dirigente de Agricultura informando de que el campesino retiraba la denuncia por el traspaso de los animales. “Nadie, ni algunos de los afectados, aceptan que esos animales bajaran solos de la sierra y atravesaran kilómetros de valle, todo en una noche”, recalcó El Infierno.
En un comunicado publicado el jueves, el Observatorio Cubano de Derechos Humanos denunció la retención de los animales por parte de las autoridades “sin orden legal ni justificación”. “Una vez más, la finca de esta maestra jubilada y madre de los activistas Ariel y Omara Ruiz Urquiola ha sido blanco del hostigamiento estatal en Viñales”, subrayó.
"Una vez más, la finca de esta maestra jubilada y madre de los activistas Ariel y Omara Ruiz Urquiola ha sido blanco del hostigamiento estatal en Viñales"
Según la plataforma, “no es la primera vez que rompen cercas, destruyen estructuras o intentan arrebatarle el sustento a esta mujer de 80 años. Isabel ha enfrentado sola años de abusos, sin que sus hijos puedan regresar al país. La represión no solo busca despojarla de su finca, sino quebrar su espíritu”, añadió.
En una situación similar se encuentra la sede de la Unión Patriótica de Cuba (Unpacu), cuyos colaboradores –que ayudan en la entrega de alimentos y la asistencia a decenas de personas vulnerables– llevan semanas siendo hostigados por la Seguridad del Estado por su relación con el opositor José Daniel Ferrer. Según denunció el propio líder de la Unpacu, otros tres jóvenes colaboradores de la organización, Silenay Guevara López, Yailín Cala Laurencio y Kevin Alfredo Gámez González, fueron detenidos este miércoles.
Según añadió, también “intentaron detener y usaron violencia” contra una embarazada. “Otras colaboradoras no han llegado aún, tememos que puedan estar detenidas”, indicó.
El opositor ha denunciado en otras ocasiones el acoso contra sus colaboradores y vecinos, además del robo de alimentos y la prohibición de comprar comida e insumos para atender a los necesitados que acuden a su residencia en Santiago de Cuba.