Sherritt sigue perdiendo dinero por culpa de sus actividades en Cuba

Economía

El gigante canadiense del níquel registra una baja de su producción y no logra cobrar el dinero que le debe La Habana

Aunque no todo el níquel y el cobalto que Sherritt maneja se extrae de Cuba, los éxitos o fracasos del gigante minero inciden en la situación de su socio.
Aunque no todo el níquel y el cobalto que Sherritt maneja se extrae de Cuba, los éxitos o fracasos del gigante minero inciden en la situación de su socio. / Sherritt International
14ymedio

15 de mayo 2025 - 08:52

La Habana/Cuba se ha convertido en la manzana de la discordia en la mesa de accionistas de Sherritt International, el gigante minero canadiense. Mientras un grupo –entre ellos su presidente, que acaba de aplazar hasta 2031 el pago de la deuda millonaria del régimen con la compañía– alega que todavía queda mucho níquel y cobalto por sacar, otros menos optimistas consideran a la Isla un caso perdido. 

Esta semana, el presidente de Sherritt, Leon Binedell, volvió a hacer de tripas corazón para convencer a los accionistas de que la minería en Cuba es rentable, pese a registrar una pérdida de 40,6 millones de dólares en el primer trimestre de 2025. El empresario no pudo ocultar que ese resultado se debía en parte a su oveja negra en el Caribe. Además, el Estado cubano, socio de Sherritt en Energas, ha congelado la entrega de unos 107 millones de dólares que debe a la canadiense porque no dispone de esos fondos.

Esta es la situación que describe William Pitt, a cuya familia confiscó Fidel Castro en 1960 las minas que hoy explota Sherritt. Además, señala a 14ymedio que los números manejados durante el balance trimestral auguran meses de tensión financiera para la compañía. 

De enero a marzo de 2025, Sherritt produjo 2.947 toneladas de níquel –una disminución del 18% con respecto al mismo período del año anterior, cuando produjo 3.597– y 323 de cobalto –un bajón del un bajón del 5,6% en el primer trimestre de 2024 produjo 342–. Sus ventas de níquel bajaron de 87,8 millones de dólares a 75,7 millones.

Aunque Sherritt tiene actividades en otras partes del mundo, la situación desastrosa de su socio estatal en Cuba influye sobre su balance global

Aunque Sherritt tiene actividades en otras partes del mundo, la situación desastrosa de su socio estatal en Cuba influye sobre su balance global y, en primer lugar, sobre los resultados de sus explotaciones mineras y sus plantas eléctricas en la Isla.

La empresa produjo 170 gigavatios/hora (GWh) en sus plantas de gas durante el primer trimestre del año, una reducción sustancial en comparación con el mismo período del año anterior, 219 GWh. ¿Qué cambió? Según explica Pitt, este bajón de un 23% se debe a la sobreexplotación de las plantas de Sherritt –en especial la de Varadero–, que han debido dedicar una parte de su producción a la reactivación del sistema eléctrico nacional (SEN) tras cada momento de crisis. 

Además, “algunos pozos productores de gas natural en la Isla han comenzado a producir un volumen de agua mayor del que antes producían con el gas y eso ha resultado en una reducción en la cantidad de gas que producen esos pozos”, explica Pitt. Esta situación, sumada al aumento del costo de la producción eléctrica, también ha afectado la economía de la empresa.

De acuerdo con Pitt, durante la reunión de accionistas tuvieron lugar otros hechos inquietantes sobre el futuro minero de la Isla. Una compañía, denominada SC2 y encargada de proporcionar a Sherritt mercancías industriales, se opuso al aplazamiento de la deuda y abrió un proceso judicial. Misteriosamente, retiró la demanda poco después. 

“No hay forma de saber que tipo de arreglo habrá hecho SC2 con Sherritt y mucho menos se puede averiguar cómo y a qué costo este arreglo hace llegar a Cuba materiales y productos que se usen en las minas y en las plantas eléctricas operadas por Sherritt”, lamenta Pitt. 

Otra cuestión fue que, como anunció Binedell, una prestigiosa empresa llamada Nickel Mark acaba de colocarse bajo el paraguas de Sherritt. Esta compañía es conocida por su compromiso ecológico y de producción responsable, pero durante la reunión se aclaró que los derechos que defiende –libertad de asociación, defensa de salarios justos, condena del trabajo infantil, creación de sindicatos– valdrán solo para Canadá.

“En Cuba, Sherritt no podrá cumplir esos preceptos por cuestiones políticas ni por cuestiones ecológicas”, lamenta Pitt. “Los empleados en Moa no llegan ni al mínimo considerado como el nivel de pobreza en el mundo. De formar grupos laborales con derecho a negociar sus salarios y su nivel de trabajo no se puede ni hablar. Y está de más decir que las descargas al medio ambiente en toda el área de Moa tienen fama mundial por estar entre las peores de la industria minera”. 

“En Cuba, Sherritt no podrá cumplir esos preceptos por cuestiones políticas ni por cuestiones ecológicas”

Al final de la reunión tuvo lugar una sesión de preguntas y respuestas que “no duró ni dos segundos”, según Pitt. Ningún accionista pidió explicaciones sobre la falta de transparencia del trato con SC2 o con el régimen cubano. Binedell se concentró en hablar nuevamente sobre los efectos negativos que la llegada de Donald Trump ha traído a la hora de negociar con Cuba. 

A Pitt, ese silencio le parece elocuente. “En este tipo de presentaciones, las mismas compañías preparan alguna que otra pregunta favorable para hacer lucir mejor los resultados”, ironiza, “pero tal parece que Sherritt no quiso alargar la presentación para evitar que ocurriese alguna pregunta bochornosa”.

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