La subida de las pensiones es “nada” para el hambre que tiene la tercera edad en Cuba
Cuba
La medida fue aprobada el miércoles y entrará en vigor el 1 de septiembre
La Habana/Un litro de aceite, un kilogramo de leche en polvo, una libra y media de cerdo… Los jubilados cubanos no piensan en números cuando se les pregunta cuánto subirán sus pensiones, sino en lo que podrán comprar con ello en los negocios privados, bien surtidos. Es algo común en los entrevistados para este reportaje, junto con algo más: todos ellos piensan que el incremento, anunciado el pasado mes por el primer ministro, Manuel Marrero, y hecho efectivo con la resolución publicada este miércoles en la Gaceta Oficial, no servirá de mucho.
“Los precios están tan altos, que ese aumento no es significativo a los efectos de cubrir las necesidades básicas, sobre todo la alimentación”, cuenta Manuel, retirado de una empresa estatal de Comercio de 68 años, que se verá beneficiado por la medida. En su caso, cobra 1.500 pesos, y a partir del 1 de septiembre –con cobro a finales de agosto–, su pensión llegará a 3.000. “Para mí eso no representa mucho, quizá una bolsa de leche o un pomo de aceite, y ya”.
Con todo, él se declara con suerte, porque tiene una hija que le manda dinero del exterior. “Los pensionados que no tienen otra posibilidad, que no tienen salud para buscar algo de trabajo para aumentar sus ingresos o que no tengan remesas, están destinados a pasar necesidades”.
“Los pensionados que no tienen remesas, están destinados a pasar necesidades”
Es el caso de Dulce, pensionada del Ministerio de Cultura. Su escepticismo y su molestia son mayúsculos, luego de meses esperando para recibir el aceite de la bodega, por la libreta de racionamiento. “No llegaron botellas pequeñas para núcleos familiares de una sola persona y ahora tengo que esperar varios envíos para completar una botella y poder comprarla”, lamenta, y completa con ironía: “Así que en eso usaré lo que me suban, en comprar el aceite en alguna mipyme”.
Tal y como indica la norma, se establece un incremento de 1.528 pesos para las pensiones de hasta 2.472, así como una subida hasta los 4.000 pesos para las pensiones entre 2.473 y 3.999 pesos. En cuanto a las pensiones por causa de muerte –como viudedad u orfandad–, que también suben, se “recalcularán” sobre la pensión actualizada del fallecido en función de los beneficiarios que haya: un 70% más si hay uno, 85% si hay dos y 100% si hay tres o más.
Por otra parte, el director general del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, Benito Rey González, declaró a la prensa oficial que los ciudadanos con derecho a más de una pensión de Seguridad Social “recibirán el incremento sobre la cuantía de la pensión unificada”.
“Ni aunque lo suban a 4.000 pesos, ni a 5.000, ni a 6.000 ni a 7.000”, clama Olivia, jubilada del Ministerio de Educación. “Con nada de eso puede resolver una persona que haya trabajado 30 o 40 años”. A ella le molesta especialmente que intenten vender esto como un logro. “En todos los países del mundo, ese dinero sale de tu salario, mensualmente, para eso te lo descuentan, y de impuestos al resto de trabajadores. No es el Estado el que lo regala”.
“En todos los países del mundo, ese dinero sale de tu salario, no es el Estado el que lo regala”
A pesar de 37 años de trabajo ininterrumpido, dice a 14ymedio, a Olivia le quedó una pensión mínima. “Me subieron un poquito el primer viaje y después me subieron otro poquito, a 1.500 pesos”, relata. Y dice resignada: “Pues bueno, ley es ley. Habrá que aceptar, porque todo lo que te dicen hay que aceptarlo. ¿Qué vas a hacer, dónde vas a reclamar? Pero eso, realmente, no creo que vaya a resolver nada, cuando una libra de leche vale 1.200 o 1.300 pesos. Eso es un tápame tu boca para todo el hambre y la miseria que tiene la tercera edad en este país”.
La subida de la pensión de María, que hasta ahora ha cobrado 1.400 pesos, la disfrutará una amiga suya: residente en Estados Unidos, prefiere que la cobren en La Habana, “donde pasan tantas necesidades”. Se trata de algo bastante común: jubilados que no viven ya en Cuba pero mantienen el cobro de sus pensiones a través de terceros.
En un panorama de pobreza máxima, la solidaridad entre ciudadanos es el último recurso. Al respecto, Tania, residente en Centro Habana, cuenta que ayuda a su vecina, de 96 años, que cobra 300 pesos menos que ella, 1.200. “Yo no soy de ir a una iglesia y dar un diezmo, yo trato de ayudar a las personas que se me acercan a mí porque sé que lo utilizan y lo necesitan”, se explica. Y asegura: “Cuando me enteré de la subida me alegré más por ella que por mí. Es una persona mayor, muy dulce, muy educada, de muy buena familia, pero que trabajó muy poquito, en una cocina, y le dejaron lo mínimo”.
La anciana vive en su casa con sus dos hijas, también pensionadas con lo mínimo. No solamente son evidencia de las penurias que sufren los mayores de 60 años en Cuba, sino uno de los principales problemas de la Isla: el envejecimiento de la población.
Leonardo, ex policía, no tendrá aumento, pues cobra 4.000 pesos. “Con 26 años de servicio y la vista perdida”. Decepcionado, se dirigió a un colega del Ministerio del Interior, que le aseguró: “Se está estudiando a ver si para diciembre hay un aumentico”.