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Vietnam obtiene 2.000 hectáreas en Artemisa para producir soja, boniato, malanga y frijol verde

Cuba

Una campaña de solidaridad con Cuba recauda más de 12 millones de dólares

Momento de la firma del nuevo acuerdo con Vietnam en Artemisa. / El Artemiseño
14ymedio

18 de agosto 2025 - 10:34

Madrid/Vietnam alterna generosidad y negocio, aunque de lo primero –claro– se sabe mucho más que de lo segundo. Medios del país asiático y de la Isla, se han afanado este lunes en hacer públicos los resultados de la campaña 65 años de solidaridad Vietnam-Cuba, con la que se han recaudado –afirman– 12,1 millones de dólares, un 400% más del objetivo mínimo, fijado en 2,6 millones de dólares. Se desconoce, mientras tanto, cuánto dinero supone el nuevo contrato firmado por Grupo Empresarial Agroforestal de Artemisa (Geaf) y la Empresa de Alimentos Internacionales Viet Royal de Vietnam “para el cultivo y la exportación de productos agrícolas”, que anunció la prensa provincial este fin de semana.

El Artemiseño da, parcialmente, cuenta del acuerdo, firmado por Nguyen Khac Hoang, directivo de la empresa vietnamita, y Miguel Sánchez García, su contraparte cubana, que tendrá varias fases de desarrollo, incluyendo la “puesta en producción” de 2.000 hectáreas de tierra ociosa en Alquízar, San Antonio de los Baños y San Cristóbal. En ese espacio se cultivarán fundamentalmente soja, maní, boniato, malanga y papa –destinados al mercado interno, incluyendo la elaboración de aceite y el alimento animal– , así como frijol verde y marañón, dirigidos a la exportación. 

La parte vietnamita se comprometió a aportar máquinas, insumos iniciales, fertilizantes, personal y capital de trabajo. Algo similar a lo que ya ha realizado en Pinar del Río, donde el Gobierno cubano cedió en arrendamiento a una empresa del país asiático terrenos para el cultivo de arroz, cuyos resultados están siendo, por el momento, muy satisfactorios, según comentarios de ambas partes. Mientras, la empresa cubana aporta el terreno, las fábricas y los almacenes, la mano de obra y la gestión de los procesos operativos, afirma la prensa estatal. 

La parte vietnamita se comprometió a aportar máquinas, insumos iniciales, fertilizantes, personal y capital de trabajo

Llama la atención que, además, se compromete a entregar el combustible para las maquinarias, un bien muy escaso en la Isla y precisamente uno de los responsables de la improductividad que asola Cuba. La comercialización estará en manos de ambas empresas. 

El diario oficialista dedica varios párrafos a hablar de “los lazos comerciales que unen a Artemisa con la hermana provincia de Binh Duongen en Vietnam” y otros países extranjeros, pero la precisión brilla por su ausencia. Jorge Luis Oramas Vargas, jefe del Departamento de Comercio Interior, Inversión Extranjera y Colaboración Económica del gobierno provincial mencionó que el directivo de Viet Royal había puesto sobre la mesa la idea de “sellar vínculos con otros territorios de su país para desarrollar renglones vitales como la ganadería”, pero de momento no hay más que palabras.

“Artemisa está seriamente involucrada en las actividades del comercio exterior, la inversión extranjera y la cooperación internacional, con un enfoque notable en el desarrollo agrícola”, dijo el funcionario cubano, que afirmó que hay 17 proyectos de cooperación internacional, tanto en agricultura como en salud, cultura, deporte, etc. “con resultados importantes a partir del financiamiento del exterior”. No justificó sus palabras con datos sobre qué resultados hay, qué países están implicados y cómo se concreta la colaboración, aunque, si así fuera, a la población no ha llegado el beneficio.

También mencionó los 68 proyectos listos que tiene la provincia para inversión extranjera, pero el éxito en este ámbito es a todas luces, nulo. Aunque las cifras están desactualizadas, hasta 2024 –con diez años de ley de inversión extranjera en vigor– se habían aprobado en Cuba 334 negocios y 172 contratos de asociación económica internacional. El valor rondaría los 3.500 millones de dólares en total, apenas mil millones más de lo que se aspiraba a obtener cada año. 

Oramas Vargas, sin embargo, no cejó en su intención de vender Cuba a los potenciales inversores y citó los principales rubros exportables de la provincia. “El tabaco torcido, la capa de tabaco, la miel de abeja y algunos productos de la agricultura, como el aguacate, el mango, el ají chile habanero. Tenemos, también, el jengibre y la cúrcuma”, dijo. Además, señaló la flor de jamaica, un producto que forma parte de un programa de siembra específico en toda la provincia. “Entiendan que una tonelada de flor de jamaica en el mercado internacional vale alrededor de 2.000 dólares”, advirtió.

El funcionario, presto antes de que nadie señale la obsesión por exportar mientras Cuba pasa hambre, puntualizó que el objetivo es “captar divisas para poder adquirir fertilizantes, regadíos, maquinaria, para poder desarrollar la producción agropecuaria en la provincia y llegar con variedad y cantidad de productos a la mesa de los artemiseños”. El plan de exportaciones, aseguró, se cumple, pero la población sigue –tan mal– como estaba. 

"¡Por Vietnam, Cuba está dispuesta a dar hasta su propia sangre!", dijo, recuerdan, el líder de la Revolución

Mientras expande sus negocios por la Isla, Vietnam sigue con la diplomacia de la “solidaridad”. Este domingo, al ofrecer la noticia de la gran recaudación de la campaña lanzada por la delegación de Cruz Roja en el país con destino a la Isla, la prensa oficialista de los dos países comunistas repasa consignas castristas."¡Por Vietnam, Cuba está dispuesta a dar hasta su propia sangre!", dijo, recuerdan, el líder de la Revolución. La directora general de la agencia de noticias de ese país, VNA, Vu Viet Trang, había correspondido al mensaje de medio siglo, diciendo: "Vietnam-Cuba: Siempre unidos en tiempos difíciles. Solidaridad ante las dificultades" y "Vietnam sigue ahí".

La campaña formó parte de las actividades por el 65 aniversario de las relaciones de ambos países, aunque los donativos –de arroz muchos de ellos– se remontan a hace ya bastantes años en los que la crisis cubana ha dejado la industria en mínimos. Solidaridad aparte, las empresas vietnamitas no olvidan que para hacer negocios en la Isla es imprescindible estar encima. 

El pasado mayo de 2024, la empresa arrendataria de los terrenos en Pinar del Río y con varios negocios más en la Zona Especial de Desarrollo de Mariel, Agri VMA, tuvo que escribir a tres ministros cubanos para reclamar por los fondos congelados en su cuenta del Banco Financiero Internacional –propiedad del Estado cubano–, cuya situación les imposibilitaba mandar 300.000 dólares a su casa matriz en Vietnam para adquirir insumos necesarios para la producción de su fábrica en Mariel.

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