Doria Medina y 'Tuto' Quiroga, dos ex aliados que podrían disputarse la Presidencia de Bolivia en segunda vuelta
Perfiles
El empresario es primero en los sondeos, seguido muy de cerca por el ex presidente
La Paz/Dos hombres, que en el pasado fueron aliados, encabezan las encuestas para alcanzar la Presidencia de Bolivia en las elecciones del domingo 17 de agosto. Los sondeos sitúan en primer lugar al empresario Samuel Doria Medina —candidato por el mayor bloque opositor, Unidad—, y lo sigue, con una mínima diferencia, el ex presidente Jorge Tuto Quiroga.
Empresario, economista y ex ministro, el opositor Samuel Doria Medina aspira por cuarta vez al cargo, con posibilidades en esta ocasión de disputar una segunda vuelta y la oferta de sacar en cien días al país andino de la crisis económica que atraviesa.
Con estudios superiores en la London School of Economics, Doria Medina (La Paz, 1958) está casado desde 1983 con Nidia Monje, con quien tiene cinco hijos.
El empresario se postuló sin éxito a la Presidencia en 2005, 2009 y 2014 y también aspiró a la Vicepresidencia en 1997 junto a Jaime Paz Zamora (1989-1993) y en 2020 con la entonces mandataria interina Jeanine Áñez (2019-2020), aunque esa dupla se retiró a falta de un mes para las elecciones para no dispersar el voto opositor.
Antes de fundar su actual partido, Unidad Nacional (UN), la base de la alianza Unidad, Doria Medina militó durante varios años en el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), de Paz Zamora.
Antes de fundar su actual partido, Unidad Nacional (UN), la base de la alianza Unidad, Doria Medina militó durante varios años en el Movimiento de Izquierda Revolucionaria
Se desempeñó como ministro de Planeamiento y Coordinación (Economía) del Gobierno de Paz Zamora y además representó a Bolivia ante el Banco Mundial (BM) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
El oficialismo lo sitúa en la derecha y lo tacha de "neoliberal", mientras que los conservadores lo ubican en la izquierda y le consideran "socialista" porque pertenece a la Internacional Socialista, pero Doria Medina asegura que es un socialdemócrata de centro.
En una entrevista con EFE sostuvo que llamarlo socialista "es el absurdo más grande", pues es "el capitalista más representativo de Bolivia" por toda la actividad empresarial que ha desarrollado, desde instalar en el país la franquicia de Burger King hace más de 25 años, hasta sus inversiones en áreas como la hotelería e inmobiliaria, entre otras.
El empresario tiene en sus filas al abogado Juan del Granado, de centro izquierda, y al gobernador suspendido de la región oriental de Santa Cruz, el derechista Luis Fernando Camacho.
Por esto, considera que si gana las elecciones del 17 de agosto, podrá mantener buenas relaciones con Gobiernos de distintas ideologías, como EE UU, Argentina, China o Brasil, pero no le interesa estrecharlas con Irán, Cuba, Venezuela o Nicaragua.
Dos sucesos han marcado la vida del empresario: el primero, el secuestro de 45 días al que estuvo sometido en 1995 a manos del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), un grupo guerrillero de origen peruano al que pagó un rescate superior al millón de dólares.
El otro ocurrió en enero de 2005, cuando la avioneta en la que viajaba se precipitó a tierra cerca de una población en el altiplano boliviano, un accidente en el que resultó ileso y del que salió la frase "¡Carajo, no me puedo morir!", que luego dio lugar al eslogan principal de su actual campaña, "100 días, carajo".
Dos sucesos han marcado la vida del empresario: el primero, el secuestro de 45 días al que estuvo sometido en 1995 a manos del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru
Precisamente ese es el plazo que el empresario se fijó para resolver la crisis económica en la que está sumida Bolivia por la falta de dólares y carburantes y la alta inflación, con medidas como eliminar la subvención de los combustibles y cerrar las empresas estatales que operan a pérdida para reducir el déficit fiscal.
Además, promete aprobar de inmediato un decreto para reducir el gasto público en un 60% y otro para "transparentar" el funcionamiento del Estado.
Ante la urgencia por superar la crisis económica, Doria Medina eligió como compañero de fórmula al también economista, ex ministro y ex funcionario del BID José Luis Lupo.
El político ha recibido el apoyo del presidente del club Bolívar, el empresario Marcelo Claure, un respaldo destacado por algunos y cuestionado por sus oponentes y por el oficialismo, que acusa a Doria Medina de supuestamente haber negociado la administración de recursos como el litio a cambio del apoyo del multimillonario, algo que ambos niegan.
Es la tercera vez que Doria Medina se enfrentará en las urnas con Jorge Tuto Quiroga, con quien inicialmente conformaron en diciembre de 2024 el principal bloque opositor para los comicios, aunque el ex presidente decidió desmarcarse y postular por su cuenta.
Las encuestas preelectorales auguran una posible e inédita segunda vuelta entre ambos políticos, pues ninguno alcanza los porcentajes necesarios para ganar en primera ronda.
Quiroga Ramírez, que presidió Bolivia entre 2001 y 2002, quiere llegar de nuevo a la presidencia del país, pero ahora con el objetivo de lograr la "libertad" para el país y "sepultar" al oficialista Movimiento al Socialismo (MAS) tras casi 20 años en el Gobierno.
El ingeniero industrial y administrador de empresas nació en Cochabamba (centro) el 5 de mayo de 1960, se casó este año con Milena Dobronic, y tiene cuatro hijos con su primera esposa, Virginia Gillum.
A sus 30 años, llegó a ser uno de los ministros más jóvenes de la nación y, previamente, representó a Bolivia ante los principales organismos financieros internacionales.
A sus 30 años, llegó a ser uno de los ministros más jóvenes de la nación y, previamente, representó a Bolivia ante los principales organismos financieros internacionales
Fue vicepresidente de Bolivia entre 1997 y 2001, año en que asumió la Presidencia por sucesión constitucional tras la renuncia del entonces mandatario Hugo Banzer, quien dejó el cargo por motivos de salud.
Tras finalizar su Gobierno, Quiroga se postuló a la Presidencia en 2005, 2014 y 2020, aunque en este último año declinó su candidatura –que compartía con la dirigente indígena Tomasa Yarhui— una semana antes de los comicios, al ver imposible disputar una segunda vuelta frente al candidato oficialista del Movimiento al Socialismo (MAS), Luis Arce, actual presidente del país.
En su primera candidatura, Quiroga dejó la jefatura de Acción Democrática Nacionalista (ADN), con la que había llegado a la Vicepresidencia, y fundó Poder Democrático y Social (Podemos). Posteriormente, se postuló por el Partido Demócrata Cristiano (PDC) y, en 2020, encabezó el bloque Libre 21.
Ha sido crítico del ex presidente Evo Morales (2006-2019) desde finales de los años 90, cuando era vicepresidente y el ex mandatario era diputado de un partido de izquierda y líder de uno de los principales sindicatos de productores de hoja de coca del Trópico de Cochabamba, sector que aún encabeza.
Con los años, sus críticas subieron de tono y calificó a Morales de "pedófilo", por un proceso penal que hay en su contra por trata agravada de personas, y de "personaje nefasto" en la historia del país.
Pero también ha sido uno de los detractores más severos a la saliente gestión gubernamental de Arce, de quien dijo que es el responsable de "hundir" a Bolivia en la crisis económica por hechos de corrupción y el mal manejo del modelo económico.
Por eso, una de sus promesas electorales es "liberar" a los bolivianos de casi 20 años de gobiernos del MAS y "sepultar" al partido fundado por Morales, que actualmente dirige el líder campesino Grover García.
También propone recuperar la economía mediante un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para restablecer las reservas de dólares, seguido de gestiones con otros organismos, así como reducir el número de ministerios, viceministerios, entidades descentralizadas y funcionarios del Estado, entre otras medidas.
Durante la crisis política de 2019, Quiroga participó como intercesor en reuniones de mediación que facilitaron la salida de Morales a México
Durante la crisis política de 2019, Quiroga participó como intercesor en reuniones de mediación que facilitaron la salida de Morales a México, tras su renuncia a la Presidencia, "para evitar una mayor violencia", en medio de denuncias de golpe de Estado por parte del oficialismo y de fraude electoral por parte de la oposición.
En 2024, la Justicia boliviana reabrió un proceso contra Quiroga por el delito de calumnias e injurias, a raíz de declaraciones suyas relacionadas con un caso de corrupción revelado en enero de 2009, tras el asesinato de Jorge O’Connor D’Arlach, quien era representante de una empresa contratada por la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) para la construcción de una planta de gas natural.
Quiroga formó parte del mayor bloque político de oposición, pero después de algunas diferencias se alejó y siguió como postulante por la alianza Libre.